LA CAPILLA DEL SANTO CRISTO DEL CLAUSTRO Y SU CRIPTA, EN LA CATEDRAL DE BADAJOZ.

 Esta bellísima capilla tampoco es nada conocida por la gente, debido a que, primero te encuentras el claustro cerrado con asiduidad, y segundo si tienes la suerte de encontrar el claustro abierto, está la capilla cerrada, entrar en la cripta como hizo un servidor, ya es de medalla, este espacio tiene un grave problema de humedades, ésta junto con la cripta de los canónigos debajo del coro, son las únicas criptas de esta catedral; Insisto es una la maravilla ver el retablo de esta capilla y sus detalles.

Abajo os pongo los detalles manifestados por William S. Kurtz, Francisco Tedajada Vizuete y Teodoro A. López y Lopez; (aunque me ha extrañado que nadie haga ninguna referencia a la cúpula) de esta capilla tan magnífica y desconocida de la Catedral de Badajoz.


Al fondo del claustro Marín edificó dos salas capitulares nuevas, una encima de la otra, de mayor capacidad que la antigua y la capilla del Santo Cristo. La figura del cristo crucificado una obra de principios del siglo XVI donada por el Bachiller Gonzalo Hernández, visitador del obispado, había estado colocado en la actualmente conocida como capilla de San Fernando y por alguna razón el obispo decidió dignificar el entorno de esta figura objeto de aprecio y devoción en la ciudad. La capilla fue consagrada varios años después de la muerte de Marín en 1708. La obra de esta capilla que consta además de una cripta, bloqueó el acceso directo desde la calle de San Boas a la Contaduría Baja, situada debajo del actual archivo catedralicio (Museo Catedralicio).

La antigua sala capitular tenía un antiguo muelle de descarga pues con toda seguridad fueron antiguos graneros que indican que en la esquina de esta calle de San Blas, estaba la entrada de los carros que suministraban al conjunto catedralicio y al cabildo con el producto de los diezmos. Estos graneros conectaban con la calle mediante un pasillo y una puerta condenados por la obra de la capilla del Santo Cristo.


El retablo del Santo Cristo del claustro, cuya imagen se colocaba en la capilla que le mandara hacer el obispo Marín de Rodezno en dicho lugar el 3 de mayo de 1709, sin más adorno que un dosel de terciopelo y su cortina, como reflejan las Actas del Cabildo, ya en febrero de 1717, el magistral de la catedral ya planteaba hacer retablo para la venerada imagen, tanto en estos momentos se encontraba en Badajoz los maestros del retablo mayor o tabernáculo, como por disponer la imagen en sus arcas de más de diez mil reales. Sin embargo el cabildo se dejaría pasar tan excelente oportunidad: traslado el tema a la reunión del lunes, día 8 de marzo, alguien plantea que el dinero estuviera entregado con fianza. Por fin en mayo de 1731contando ahora el cabildo con ayuda particular de un devoto, según nos cuenta el Continuador de Solano, decide iniciar la obra del retablo para tan preciada imagen, muy bien labrado y adornado de figuras, retablo que se había concertado con el maestro Ruíz Amador según reflejan las Actas del Cabildo del 11 de abril del mismo año: dicho día y cabildo el señor don Diego Antonio Notario presentó dibujada la planta del retablo que se ha de hacer por el artífice Francisco Ruíz y dijo estar para ajustarse lo que se había hablado con él, con ciertas condiciones que se han de escriturar para que el cabildo lo viese todo y nombrase comisarios...; y que el caudal que está en arcas depositado para este fin se vaya sacando de ellas para este menester para la paga del artífice y oficiales...; y habiéndose tratado el punto del sitio donde se ha de trabajar dicho retablo, si en la sala capitular baja pasándose el cabildo a la capilla del Santo Cristo o a otra parte acordó su señoría...; disponga como mejor les pareciere de forma que el cabildo tenga menos descomodidad y los artífices estén cómodos para trabajar.

La obra quedaba concluida en enero de 1732 como reflejan las cuentas de fábrica de 22 de enero de dicho año registrando el importe del costo de las luminarias encendidas con ocasión del la colocación del Santo Cristo en su retablo. Tras el dorado del mismo, al siguiente año el Continuador de Solano se complace en advertirnos que quedó la capilla la mejor que tiene la iglesia.

Adoptado a la cabecera de la citada capilla, consta de un cuerpo principal con tres calles sobre un banco cuyos tableros y resaltos se ven cubiertos con profusión de acantos que en los centrales nos dejan ver una venera. Las calles laterales se disponen en chaflán, mientras avanza la central, dotando así al conjunto de cierto movimiento en planta. Sobre el citado cuerpo principal se dispone un ático que cierra en semicirculo. Actúan de soporte de la zona central columnas con capitel corintio dotadas de ligero éntasis en su tercio inferior y cubiertas de no menos profusa decoración vegetal, disponiéndose en los extremos de las calles laterales estípites, los cuales servirán también para enmarcar el espacio central del ático, desde el que la Verónica nos presenta el paño con Santa Faz, bien tallada en relieve. Hacia ella extienden sus manos, izquierda y derecha respectivamente, en ademán indicativo dos ángeles arrodillados mientras otros dos se muestran sentados en los extremos del mismo ático sobre el entablamento, recibiendo sobre sus cabezas el trozo correspondiente del entablamento curvo superior. Entre estos y la Verónica todavía se disponen sobre peanas las figuras de José de Arimatea y Nicodemo. Volviendo al cuerpo principal, se perfilan en las calles laterales hornacinas planas, que sirven de respaldo a las imágenes de la Virgen y San Juan, también sobre peanas abriéndose el sotabanco, y hasta la altura del citado banco, puertas que permiten, a nuestra derecha, el acceso a la pequeña sacristía, tras la cabecera y a nuestra izquierda, el descenso a la cripta que ocupa longitudinalmente todo el espacio de la misma capilla. En la calle central un nicho de arco polilobulado acoge la imagen del Crucificado, escoltada por ángeles custodios de generosas alas dispuestos en sus jambas sobre peanas de menor desarrollo y vestidos, como los del ático, con túnicas de orillas recortadas, ceñidas a la cintura. Todavía se añaden a los aletones del retablo, en el que se tallan profundas ces vegetales en disposición vertical y se resaltan hermosos ramos florales colgantes, y pequeños angelotes lampareros.

Nos encontramos por tanto con un conjunto de notorio desarrollo escultórico destinado a ofrecernos todo un discurso de pasión, por lo que además de las imágenes de bulto, no podían faltar en pequeños relieves los símbolos característicos de ese mismo discurso: farol, clavos, columna, lanza etc.; un conjunto desde luego de abigarrada belleza, dada la proliferación decorativa, minuciosamente tallada, sin enturbiar por ello las lineas arquitectónicas del conjunto, decoración que no resulta ajena a los que nos trajeran los maestros del retablo mayor, de la que el maestro pacense tomaría buena nota. Las citadas imágenes, debidas igualmente a la gubia de Ruíz Amador, cumplen con suficiente dignidad la misión confiada en el discurso referido, en la que la palabra sustantiva se centra en la devota imagen tardogótica del Crucificado. La intervención menos afortunada del maestro del dorado y pintura, Manuel Sánchez en junio de 1883, encarnado y pintado de ropas naturales las efigies de la Virgen y San Juan, no hizo sino privarlas de una mayor personalidad.


Entre las devociones de Marín de Rodezno pronto destacó la que tuviera al Santo Cristo del Claustro, imagen del los inicios del siglo XVI a la que la ciudad de Badajoz profesó. Dicha imagen, tras diversas ubicaciones, pronto encontró acomodo definitivo en referido espacio claustral, lugar en el que Marín de Rodezno mandaba edificarle, a sus expensas, una hermosa capilla, dotando, además, la celebración de dos misas (martes y viernes) al Santo Cristo.

El obispo Marín de Rodezno quien edificó la capilla del Santo Cristo cercana a su antiguo altar claustral y bajo de la misma la cripta de los capellanes, inaugurándose dos años de después de la muerte del gran Mecenas, el año 1708.

El retablo está compuesto de dos cuerpos y tres calles sobre banco, presenta grandes columnas, estípites, repisas, cartelas, volutas y otros elementos decorativos. Preside el Cristo crucificado, de tamaño natural, acompañados por dos ménsulas con la Virgen y San Juan Evangelista. En el cuerpo superior, en la calle central, también en hornacina y bajo un elegante dosel la imagen de la Verónica sosteniendo el lienzo con el rostro el Señor y acompañado de dos ángeles. En las calles laterales, José de Arimatea y Nicodemo, llevando unió las escaleras de la crucifixión y el otro el martillo y tenaza. El Cristo fue llevado el 3 de mayo 1709. El retablo hizo en mayo de 1731 y el dorado dos años después. El tallador fue Ruiz Amador.

Por una puerta lateral abierta en el basamento del retablo del Santo Cristo por el lado del evangelio se desciende a la cripta de los capellanes por una escalera en recodo de 25 peldaños con dos mesas (descansos) con bóvedas de aristas y la cubierta en bóveda de cañón con una ventana a un patio interior.

El vano, cuyas dimensiones son de 8.70 de largo por 2.90 ancho y 5.50 de alto se cierra con una bóveda de casco ligeramente convexa sobre dos cornisas molduradas en los muros laterales y el suelo enladrillado en sesgo.

La cripta cumplió su finalidad hasta el segundo tercio del siglo XIX, cuando se suprimen los enterramientos en las iglesias. Hoy podemos visitar a pesar de su defectuoso estado húmedo y abandonado. Una gran cruz de madera preside los enterramientos, cuyos epitafios que podemos leer entre otros los siguientes:

* Aquí yaze el Sr. D, Francisco Pérez Gragera, capellán de coro que fue de esta Santa Iglesia el día 7 de abril de 1737.

* Aquí yaze D. Pedro Zorrilla, Pbro., capellán de coro de esta Santa Iglesia. Falleció el 26 de noviembre de 1783.

* Aquí yaze D. Francisco Segundo, capellán de coro de esta Santa Iglesia, falleció el 19 de septiembre de 1787.

* Aquí yaze Lorenzo Ortiz de Carvajal, capellán de coro de esta Santa Iglesia santa, Falleció el día 13 de junio del año 1793. 

* Aquí yaze el Sr. D. Juan Félix Lope Gata, capellán de coro que fue de esta Santa Iglesia, natural de Jerez de los Caballeros… Falleció a 1 de octubre de 180?. 

El centro del muro central está presidido por un Cruz de brazos cilíndricos. En el muro frontal de contención se abre un respiradero con rejilla, coincidiendo con el presbiterio.