SANTA MARÍA DE LAS POSAS Y LAS POSADAS DE ABENFUT EN CAMPILLO DE LLERENA, BADAJOZ.

Aproximadamente a unos 8 kms de Campillo de Llerena están los restos de lo que fue esta ermita o quizás parroquia del lugar, hoy en día embutida dentro de una construcción que atiende a una vivienda, lo que llamamos un cortijo, está junto al arroyo de Santa Maria que le debe el nombre a esta ermita seguramente. Es un bello paraje en un alto, con buenas vistas del entorno lleno de naturaleza típica de la dehesa Extremeña.

Es una ermita sencilla, con elementos mudéjares por su ladrillo y también góticos según podemos ver en unos sillares de granito que hay colocados en la puerta, también tenia dos puertas, nada habitual en ermitas santiaguistas (Orden de Santiago) como lo es esta, una de esas puertas está tapiada. Su construcción es en mampostería, observando incrustados sillares y restos de fustes en sus paredes no sabemos si en alguna reforma posterior o a la hora de hacer el cortijo. Desconozco el interior de la ermita por no verlo por lo tanto no puedo hablar de ello.

Evidentemente aquí debió existir un conjunto de casas, quizás un despoblado, hay documentos que dejan evidencias de ello, tampoco sabemos el origen exacto de cual es la época más remota en la que se edificó por primera vez en este lugar, pero hemos visto restos de un conjunto en ruinas y sobre todo un suelo a escasos metros del lugar muy burdo en piedras, que evidencia que allí existió alguna construcción, esto es muy frecuente en lugares despoblados y arrasados.

Aunque evidentemente debió existir una iglesia o ermita en el siglo XIII ó XIV, los documentos que tenemos nos hablan de finales del siglo XV, concretamente de 1494 hasta principios del del siglo XVII, 1604.  Pero según aparece en el documento de 1498 la ermita es del año 1322.

Puede que que las puertas del tabernáculo estuvieran decoradas con imágenes de la Anunciación y la Natividad, y puede que el altar y gradas se usaran azulejos.

Todas las dependencias y corrales del cortijo actual, se aprecian también son muy antiguos y no descarto alguno este aprovechado de alguna edificación del antiguo poblamiento, pues es típico hacer ese uso.

El nombre de la ermita es toda una curiosidad mi hipótesis es que Posas viene de posadas, que en Extremadura castizamente se llamarían (posás). Luego el tema Esposas ya no puedo cuadrar pero quizás de (Exposás) también en extremeño, lo que fueron unas posadas.


Las Posadas de Abenfut:

Situadas al Noroeste del término municipal, en el camino a la finca Las Casillas (nombre muy significativo por el tema del despoblado que hablaba más arriba), también conocido por el antiguo camino a Zalamea, está este cortijo conocido por el cortijo de la Esposa.

En el año 1230 (coincide con la toma de la ciudad de Badajoz por las tropas leonesas a los musulmanes por Alfonso IX), estas tropas leonesas de Alfonso IX cercaron la ciudad Mérida. Enterado el rey musulmán de Sevilla envió en su auxilio un poderoso ejército al mando del poderoso caudillo Abenfut que urgentemente se puso en camino y en pocas jornadas llegó a la villa de Amante, donde pernoctaron, preparándose para el ataque. Al mismo tiempo el rey Alfonso cruza el Guadiana por la noche y cae por sorpresa sobre el ejercito musulmán asestándole un devastador golpe que le obliga a huir en desbandada. En su retirada llegó a unas posadas que había junto al arroyo de Santa María, en la zona del mismo nombre limitando con las Casillas, donde descansan varios días después de la enorme galopada. Abenfut reunió lo que le quedaba de su ejercito y siguió su repliegue hacia el sur, a partir de este momento al lugar se le conoció por "Las posadas de Abenfut", edificándose una enorme ermita pocos años después bajo la advocación a Santa Maria de las Posas.

Diez años más tarde en estas posadas se firmaron los documentos para delimitar las lindes entre las Ordenes de Santiago y Alcántara.


"...El monte de Val de Campiello es buen monte de oso, et de puerco en tiempo de la lande. Et es la vocería por encima del camino, que va a Sancta María de las Posas. Et es la armada de yuso deste camino que va a Sancta María de las Posas contra Peña Lobal: et otra vocería a las espaldas de esta armada en el altura, que aunque pase del armada,quel tornen otra vez al armada. (Libro de la Montería de Alfonso XI).


Nuestra Señora de las Posas o de las Esposas: Santa María de las Posas estaba edificada en los asentamientos de lo que fueron las posadas de Abenfut como se dijo más arriba en 1230 (parece ser que Campillo se fundó en 1234, aunque existen asentamientos anteriores que hablaremos en otra publicación) la construcción de la ermita tuvo que ser posterior aunque dentro del siglo XIII, el sitio se llama Santa María, el cortijo hoy día es de los herederos de Matilde Nogales Ortiz, es probable pasara a manos privadas a través de alguna desamortización.


Las malas condiciones edafológicas y sanitarias aconsejaron el abandono de algunos templos, según vemos en Nuestra Señora de las Esposas, situada entre Campillo y Retamal: "...Antiguamente fue parrochia de la población que allí avía e por ser el lugar malsano se despobló e los moradores se repartieron e abinzaron en las dichas dos villas." (posiblemente por las epidemias de peste negra que hizo estragos en toda Europa en el siglo XIV).


A principios del siglo XVI los hermanos de Santa María de las Esposas "los días de sus comidas y bebidas (no comían todos los días), comían y bebían en dicha ermita". Para corregirlo se ponía un apremio de 30 mrs.


(1508) "...del tamaño de mediana mujer..." refiriéndose a como debía ser la imagen de la Virgen que se custodia en Santa María de las Esposas de Campillo.


En el siglo XVI se hizo una gran reforma, su construcción se debe a un tal Juan de Cuellar (también se sabe que trabajó en Hornachos), que la hizo por su jornal y no por su destajo " ...pues hizo dicha capilla y dio buena cuenta de ella". La construyó de una nave de arcos de ladrillo y cubierta de madera según lo estipulado por los visitadores generales en el año de 1550.

Dice lo siguiente: " el dicho visitador mandó al dicho mayordomo que desde luego comiençe a llegar los materiales neçesarios para la dicha obra y llegados la prosiga de manera que se faga de una nave que corresponde a los miembros, capilla mayor... la cual obra debe ser fecha de ladrillo para que sobre ellos se faga la techumbre de madera".

Con la misma fecha de 1550 está documentado que existía en esta ermita una grada central de azulejos. Según cuenta el escribano " tiene...el altar mayor de ladrillo chapado de azulejos quitado en alguna parte." evidentemente reaprovechados. (Es un caso único según parece en las ermitas santiaguistas de la provincia, pues debió haber algún taller alfarero por la zona).


...o la transformación de Santa María de las Esposas y San Salvador (ambas en Campillo de Hornachos) al sustituir sus plantas iniciales de dos y tres naves, respectivamente, por otras de una.


Igualmente se cuida escrupulosamente la infraestructura de los cultivos de regadío, el abastecimiento de agua. En Santa María de las Esposas se ordenó en 1552, ordenar los caños y canalizaciones de agua antes de que fueran dañados por la sequía. "Otrosí mandaron que los caños por donde va el agua de la fuente a la huerta, que están maltratados y tienen necesidad de adobar, y de no hacerse, los arboles de dicha huerta reciben detrimento por no se regar, que el dicho mayordomo los haga aderesçar e reparar de lo necesario de arte; d que vaya el agua de la dicha fuente por ellos a la dicha huerta como antes solía ir".


(1574) También en Santa María de las Esposas en Campillo de Llerena se decidió invertir el dinero obtenido con la venta del ganado y la explotación de las colmenas en la compra de estos bienes inmuebles, por tener un buen heredamiento de tierras. Al propio tiempo se evitaban de este modo, los fraudes de que eran objeto los bienes enajenados porque como afirman los visitadores, cada día andaban de mal en peor, perdiéndose y aún no en renta lícita.


Medidas disuasorias se adoptaron en Santa María de las Esposas: "si manadas de ganado entrare de sesenta cabezas arriba pague trescientos mrs. para ella y dende abaxo  al respecto, e si fuere res mayor pague un real", santero y mayordomo estaban encargados de evitarlo. Quince años después se reitera el mandato, ahora doblando la multa a 600 mrs. a pagar por todo aquel que entrase en la huerta en busca de hierba o fruta.


En el ejercicio del oficio de la ermita de Santa María de las Esposas, situada entre Campillo y Retamal de Llerena, presenta una peculiaridad única e irrepetible: fue ocupado por mayordomos pertenecientes a estos dos concejos. Es la singular historia del edificio y el factor determinante, pues fue en origen iglesia parroquial de una villa que se despobló por hallarse situada en un lugar insano, repartiéndose los moradores entre las dos localidades. No obstante, dejaron en poder de la ermita, tierras, huertas y alamedas suficientes para amparar los gastos de su mantenimiento, "cuya renta siempre se puso en poder de dos mayordomos, nombrados por los concejos de dichas villas, cada año uno... Los cuales los gastaban en edificios y reparos de la dicha iglesia e ansi era muy visitada de los dichos pueblos e otros comarcanos por la devoçion que tenían".


" Tiene un cuerpo de casa de piedra y ladrillo y tapieria, la cual tiene necesidad de repararse para en que pueda estar un ermitaño que tenga cuenta con la limpieza de la dicha iglesia y tener lumbre para cuando viene el capellán a decir las misas".


Nuestra Señora de las Esposas, antigua iglesia parroquial, los curas de las dos villas anexas parte de su renta iba "con cargo a dijexen dos misas cada semana en la dicha iglesia por las animas de las personas que dieron dichas tierras".


En 1604 hay un mandato del Sr Obispo para la conservación de la ermita: "Otro si por cuanto el caudal que tiene Nuestra Señora de las Esposas esta adjudicado a los curatos de esta villa y la de Retamal con la obligación de tenerla bien preparada de todo lo necesario así de paredes, maderas, telas como altar y ornamentos... no está en forma decente y por que conviene que lo esté, mando que el cura de esta villa a lo más dentro de ocho meses, junto con el Retamal acaben de concluir los reparos, encalándola y adecentándola de todo lo necesario y poniendo el altar con toda decencia y aseo para que se pueda celebrar el Santo Sacrificio de la misa, y si pasado el plazo no se ficiere da la comisión a Francisco Nuñez, presbítero de esta villa, que embargue todos y cuales quiera de ermita y los ponga en deposito para realizar las obras".


Con respecto al cuidado y limpieza de la ermita, se especifica en los libros de visita a la ermita donde frecuentemente se alude al cargo y a la figura que tienen los santeros, " limpieza y guarda de dicha iglesia, de limpiar y barrer la dicha ermita". Se le reconoce una función imprescindible por que en caso contrario "la iglesia estaría sucia y maltratada".


En Santa María de las Esposas (refiriéndose al santero) "posee hasta dos fanegadas de tierra de las que están alrededor de la dicha iglesia porque las pueda labrar y sembrar y entretenerse para que tenga el dicho cargo".


En 1720 el Obispo en visita pastoral recomienda a los párrocos de Campillo y Retamal, que disfrutaban sus rentas, a que la arreglasen por encontrarse en muy mal estado. Quince años después debió de caer la techumbre, dándole de plazo al cura de Campillo seis meses para la reedificación, como era su obligación, subastando para ello unas tierras del curato de Retamal.


En 1779, Juan Mateo Reyes Ortiz de Tovar nos dice: .... Su habitación es de 200 vecinos distribuidos en una parroquia, con la advocación a San Bartolomé y cuatro ermitas, de las que dos son advocación de Nuestra Señora, la una de N. Sra de las Entradas y la otra de las Esposas, en cuyo sitio que es en los Argallenes, dicen hubo pueblo, cuyos vestigios se registran. ...


En 1791, el 6 de abril, en los interrogatorios de la Real Audiencia, en Campillo nos dice el capellán Juan Ignacio Moreno: "Ay vestigios de otra ermita que le llamaron Santa María de las Esposas a la distancia de una legua, cuya imagen se conserva en la ermita de Santa Ana cuyas tierras están destinadas a los beneficios curados de esta villa y la de Retamal, con la carga uno y otro en la reparación de la dicha ermita de Santa Ana.


En 1842 de nuevo se encontraba en estado lamentable ordenando el Obispo se trasladase la imagen a la ermita de Santa Ana, por no poder reparar la ermita. La imagen de esta ermita tampoco a podido llegar a nuestros días.


Pascual Madoz entre 1846 y 1850 habla de las ermitas de Campillo, y nombra a todas, pero a esta la llama la Ermita Arruinada. (nos podemos imaginar en el estado que se encontraría y tampoco tenia que tener claro el nombre), pero si especifica que se encuentra a una cierta distancia del pueblo.


(1904). Matías Ramón Martínez y Martínez: ... Sin duda debió venir por la línea de Córdoba, pasando por Fuente Obejuna y Zalamea, y acaso acampó en las cercanías de esta Villa ó de la de Hornachos, pués por allí estaba un sitio que se llama en algunos privilegios las Posadas de Abenfud, y yo creo que el nombre alude al hecho de haber acampado allí este caudillo moro. ...


En Abril de 1240, reunidos en las Posadas de Aben Hud, cerca de Zalamea, varios caballeros de las Ordenes de Alcántara y Santiago, redactaron carta de deslinde entre Magacela y Benquerencia, pertenecientes a la primera, y Hornachos, y Reina, que eran de la segunda; por donde se vé qua la villa de Reina pertenecía ya a los de Santiago, y que por consiguiente llegaban ya hasta Guadalcanal. Los linderos que marcaron son éstos: el rio Guadamez (wad Hamed?) será línea. divisoria entre Hornachos y Benquerencia; irá después por la corriente del rio arriba hasta Castel Rubio quizás el moderno lugar de Monterrubio; luego al camino que va á las Posadas de Aben Hud, después a Piedra Lobar, de aquí á las Posadas dichas, al arroyo contiguo, al Olmo, a la Cabeza grande sobre la Jara, a la atalaya de Bas Quexón, y derecho al río Suja. (Esto es un resumen del original de 1240 que está en Castellano Viejo J.A.H.A.).


(1971). Manuel Terrón Albarrán: ...El Libro de la Montería al citar el cazadero de Val de Campiello (Campillo de Llerena), se refiere a Santa María de las Posas, y en esta cita, que no utilizó Martínez, encuentra Hernández Jiménez la identidad con las posadas de Abenfut, entendiendo, y así es desde luego, que Posas es abreviación de Posadas. y Santa María de las Posadas en este caso serían ni más ni menos que las Posadas de Abenfut. Hoy, repetimos… se encuentra el topónimo Santa María junto a Campillo de Llerena.

No negamos evidencia a esta sugeridora hipótesis de Hernández Jiménez, pero el estudio de los cazaderos de la zona Hornachos-Campillo del Libro de la Montería y la vigencia de varios topónimos que nos permiten reconstruirlos nos obligan a revisar su emplazamiento; un topónimo que Hernández Jiménez no tocó, situado estratégicamente junto al camino que para nosotros era el referido por Idrisi, nos lleva a aventurarnos en la traza de ese camino y a situar el manzil sobre el mismo, donde lógicamente habría de estar.
Sobre las hojas del Mapa Topográfico Nacional (302) pueden recon truirse muy satisfactoriamente los cazaderos a que se refiere el Libro de la Montería al tratar de los montes de la Orden de Santiago (303) y los que están juntos, de la de Alcántara. Pues bien, el documento de 1240 aludido, refiere al deslindar la divisoria “fasta donde se parten las carreras que van a las Posadas de Abenfut y a Piedro Lobar”, y el Libro de la Montería, que no cita a las Posadas bajo tal nombre, sí lo hace de Peña Lobal, y Peña Lobal se conserva hoy perfectamente en el lugar o finca Peña Lobada... . 


(2018). Dinionisio Á. Martín Nieto: (Datos añadidos en el año 2020). ...Hernández Jiménez identificó este lugar como la posada o manzil en el camino islámico de

    Córdoba a Mérida descrito por Al-Idrisi. 

En este lugar de las Posadas de Abenfut, a legua y media de la población del Campillo, en la margen izquierda del arroyo de Santa Maria, se erigió en 1322 una iglesia en honor de Santa Maria de las Posas, como así lo asegura una inscripción que señalan los visitadores de 1498. Con el nombre de Santa Maria de las Passas flgura en el Libro de la monteria de Alfonso XI hacia mediados del siglo XIV. ... 

... El templo tuvo carácter parroquial, por la presencia de la pila bautismal, hasta que el lugar se despoblo y sus habitantes marcharon a poblar El Campillo y El Retamal. Por eso la mayordomía de esta después ermita se alternaba entre los vecinos de una y otra localidad.


Visita de 1494: La visitó el vicario de Beas en 1494. Contaba con cofradia a la que pertenecian hasta una cincuentena de vecinos de Campillo y Retamal, incluso también de Zalamea de la Serena, y de ella era mayordomo Alonso Sánchez de la Torre. 

Las tierras que poseía podían alcanzar las 100 fanegas de cereal en sembradura, que labraban algunos cofrades. La huerta, por mandato del prior de San Marcos, se le dejaba al santero en explotación con obligación de tenerla limpia. 

En ese momento había diez bueyes y novillos y una vaca parida, algunos arrendados, y cabras, ovejas y colmenas en nueve contratos de arrendamiento. 

Tomada cuenta al mayordomo, se le hizo cargo de 122 fanegas de trigo, 100 fanegas de cebada y 6.530 maravedís. 

No tenía cáliz de plata. 

Los ornamentos eran uno de lienzo con su aparejo, ocho pares de manteles y un libro. 


Visita de 1498: La describen los visitadores como un templo de buen tamaño, dividida interiormente por dos hileras de arcos de ladrillo. 

Delante de una de las puertas estaba un portal construido en ladrillo, bien enmaderado y tejado.

En el arco toral se disponia una viga tirante de madera con un Calvario de bulto encima. 

En el altar mayor habia dos imagenes de bulto, la una en madera de la Virgen con su Hijo, con un vestido colorado; y la otra, que no menciona su titularidad, en piedra blanca. Los ornamentos eran unos manteles de lienzo y un frontal de estopa. Se disponían otros tres altares, con sus manteles de lienzo y frontal de estopa.

Muy reveladora de su antiguo pasado como iglesia parroquial es la permanencia en la ermita de la pila bautismal. Asimismo tenía su pila de agua bendita. 

En el campanario colgaban dos campanas, de quintal y medio de metal, pero una de ellas estaba quebrada. Dos puertas de madera en buenas condiciones. En conjunto, el templo estaba bien maderado y tejado. 

En uno de los arcos se inscrustaba una lápida en piedra blanca con la inscripción fundacional en el año 1360 de la Era Hispánica, es decir, año del Señor de 1322: “Está una piedra blanca en un arco con unas letras en que hase minçión que fue edificada en la hera de mill et trezientos e sesenta años (año 1322)”. 

Cerca de la ermita se emplazaba la casa del ermitaño en buen estado, y junto a ella una huerta con muchos árboles, entre ellos álamos, y abundante agua. 

Era mayordomo Francisco García, que rindió balance de los bienes y cuentas: tenía 15 fanegas de tierra suyas; siete bueyes arrendados, una vaca, una ternera, cien cabras que rentaban 1.300 maravedís anuales, 60 ovejas por 660 maravedís 

anuales, 50 colmenas por 350 maravedís anuales. Se le alcanzó la cuenta en 32.000 maravedís y 23 libras de cera. 

Con el acuerdo de los concejos de Campillo y Retamal, los visitadores ordenaron que en plazo de un año se levantará la capilla mayor con cantería y ladrillo. Asimismo tuvieron en cuenta la pobreza de la iglesia parroquial y mandaron que la caja de plata para albergar al santísimo de ésta fuera pagada de las rentas de esta ermita. 

A la entrada del actual cortijo que alberga los restos de la ermita se encuentra una basa de columna con decoración de bolas o pomas, propia de esta época de los Reyes Católicos.


Visita de 1501: En ese momento se estaba reparando su cubierta. También, desde la visita 

anterior, se habian acometido obras bajo la mayordomía de Esteban Fernández, entre los veranos de 1498 y 1499. 

Los dos altares que menciona eran de la advocación de Nuestra Señora y de San Julián adornados con sus frontales y manteles. El de la Virgen, el mayor, tenía una imagen de bulto de madera grande y otra pequeña de piedra y, por bienes, una saya verde, un roquete, un tocado de seda, un pañizuelo con cintas verdes de la Virgen, unos manteles y frontal del altar de la Virgen. El altar de San Julián poseía un frontal, una lámpara, dos bacines de latón y una campana pequeña. 

Los bienes de ornamentos y objetos de la ermita se limitaban a: nueve pares de manteles, un pañizuelo de lienzo, un botón y una manilla de plata, vara y media de lienzo, una estola y un alfarde, una saya de Londres verde, una saya colorada, un area, una crespina, una cortina de tres piernas, un roquete. 

El ganado se componía de 46 ovejas, 143 cabras, 4 bueyes domados, 3 vacas, 2 becerros, y 30 colmenas. 

Las tierras, que estaban todas juntas en torno a la ermita, hacían 120 fanegas. Además de ellas, una huerta cercada con una alameda. 

El día de la Virgen de agosto había entrado por mayordomo Bartolomé Sénchez del Casar, vecino de Campillo. Se tomó la cuenta a sus antecesores Francisco González Rapapelo, vecino de Retamal, Fernando de León, de Campillo, y Esteban Fernández, de Retamal. El alcance fue de 5.017 maravedís y 198 fanegas y un celemín de trigo, 74 fanegas de cebada. 

Le ordenaron los visitadores que con el dinero de la venta del ganado se comprasen tierras para añadir a la renta de la ermita; y respecto a la mayordomía alterna entre Campillo y Retamal, que fuera el concejo de un pueblo el que tomase la cuenta al del otro. 

En otras instrucciones prohibieron a los cofrades el consumo de comida y bebida en la ermita bajo pena de 30 maravedís; y ordenaron castigar con 300 maravedís la entrada de una manada de 60 cabezas de ganado en la huerta, o un real para cantidades inferiores. 

En las obras compelieron al mayordomo a que terminase de cubrir lo que había descubierto y continuase con el otro costado y el portal sobre la puerta; y que para el ermitaño se le hiciese una casilla pequeña, de 12 pies en cuadro, detrás del altar de San Julián.


Visita de 1511: Según esta visita, las condiciones de conservación eran buenas. Ahora eran tres los altares que se describen. El de la Virgen, con su imagen de bulto vestida con una saya verde, otras dos imágenes pequeñas de alabastro también de la Virgen, un frontal de guadamecí nuevo, dos pares de manteles y dos ropas de seda para las imégenes, la una morada y amarilla. El segundo altar, de los Mártires, con su frontal y manteles; y el tercero, de San Julián, con frontal y manteles. También una lámpara, una campana y una escalera. 

Se tenía encargada la hechura de una Cruz y un cáliz de plata al orífice llerenense Pero Gómez, al que se habian entregado 320.000 maravedís, pero no había realizado todavia el trabajo, por lo que los visitadores le compelieron a cumplir 

eI contrato bajo pena.

Asimismo ordenaron al mayordomo que hiciera cercar la huerta, y que en plazo de un mes pusiera a una persona por santero que cuidara de la ermita. 

En las propiedades se observa el acrecentamiento de tierras como se había mandado en la visita de 1501. Eran ahora 180 fanegas de pan en cinco parcelas junto a la ermita, arrendadas a los vecinos de Retamal Pero Rebollo, Alonso Martín, Bartolomé Sánchez y Diego Marín por cinco años a razón de 80 fanegas anuales. También poseia una becerra. 

Se tomó la cuenta a los mayordomos anteriores, que fueron Alonso García, Benito  Caño?,y Pero Sánchez que fue alcanzado en 7.010 maravedís, 107 fangas y cuatro celemines de trigo, 69’5 fanegas de cebada y 8 libras de cera. Fue nombrado mayordomo Francisco de la Torre. 

Estando los visitadores frey Juan Gaitán y frey Martín Vaca, cura de Villamayor, en Fuente del Maestre, resolvieron en 30 de abril de 1511 sobre el pleito que enfrentaba al mayordomo de la ermita Francisco de la Torre con Hernando Tomás, vecino de Zalamea de la Serena, a cuenta de los perjuicios que causaba a la huerta la existencia de un molino con su azuda, en cuya subsanación se había comprometido a tomar un censo de seguridad de que no impediria el paso del agua ni dañaria a la huerta de la ermita. Los Visitadores condenaron a Hernando Tomás a la toma de dicho censo. 


Vista de 1515: La hallaron los visitadores bien reparada. En el altar mayor la imagen de bulto de la Virgen con una saya verde y un roquete con cintas naranjas, y dos imágenes pequeñas de la Virgen en alabastro. 

En los mandatos, ordenaron los visitadores se pusieran los rayos a la imagen de Nuestra Señora; que se solara el cuerpo de la ermita en plazo de tres meses; se hicieran los arcos de la huerta para encauzar el arroyo; y colocar una red de palo para la puerta de los portales de la ermita. Todo bajo pena de 2.000 maravedís al mayordomo.

Los objetos de plata: una cruz de ocho marcos y dos onzas, y un cáliz con su patena de dos marcos, dos onzas y un real. También una manilla y un botón de plata. 

Los ornamentos: una casulla de damasco blanco con su estola y manípulo, seis pares de manteles, seis cortinas aunque una rota, dos roquetes, tres tocas de seda, un garvín de seda y oro.

 Objetos de metal: seis rejones de hierro, cuatro peinadores. Ganado: un añojo y un cuero de vaca. 

Censos: una obligación contra Hernando Tomás por un censo. 

Tierras: 180 fanegas de tierra en diferentes pedazos junto a la ermita. Cuentas de mayordomía: se tomó la cuenta a los mayordomos Juan García, de Campillo, y Alonso Benítez, de Retamal, quien dió un alcance de 2.152’5 maravedís, 60 fanegas de trigo y 74 de cebada. Nombraron nuevo mayordomo a Toribio Sánchez, de Campillo, a quien los visitadores ordenaron que entregara a su antecesor tres álamos cortados por el trabajo que hizo en la obra de la ermita. 


Se encuentran inscritas en el inventario de Arquitectura Vernácula de Extremadura de la Consejería de Cultura y Turismo.


Agradecimientos a mis amigos Joaquina Boceta Navarro y Emilio Garcia Mena, y a toda la familia Boceta Navarro.

José Antonio Hinchado Alba.




(2007).https://www.dip-badajoz.es/cultura/ceex/reex_digital/reex_LXIII/2007/T.%20LXIII%20n.%201%202007%20en.-abr/RV001016.pdf