QUE VERGÜENZA. ¿REALMENTE CUMPLEN CON SU TRABAJO LOS TÉCNICOS DE PATRIMONIO EN LA CIUDAD DE BADAJOZ?.

No, rotundamente no, y no sólo ellos, sus superiores de Mérida presuntamente también, no hay control, ni vigilancia, ni persistencia, en todo lo relacionado al tema patrimonial en esta ciudad, es un abandono total somos siempre los ciudadanos los que "levantamos la liebre". La ciudad en este tema está sumida en un caos, los malos hacen lo que les da la gana, hay veces que pienso que estos técnicos están presuntamente compinchados con estos individuos sin conciencia, presuntamente algún interés les debe mover o la vageria es tan superlativa que llega a términos lingüísticos como que son unos "perros de vagos", que poco a poco nos están destrozando la ciudad. A esto le tenemos que unir, todos los fantasmas e hipócritas de los que se auto llaman historiadores e investigadores callados siempre,  los muy cobardes, más la suma de los también ruines de políticos de todos los colores e ideas, al son de la circunstancia y momento de gloria para ellos.

Esta pieza que está en el mismo sitio que apareció, es una quicialera enorme, procedente de un sillar romano, reutilizada en "vete a saber que época" y ha aparecido donde en textos antiguos decía existió una puerta o portillo antiguo, de "tampoco se sabe que época", esta pieza se deberia estar en un museo o en algún sitio protegida, "pues no mire usted", está de calzo o pie de un puntal, en la misma obra donde apareció, se ve bien en las fotos donde al final pongo dos de cuando apareció la quicialera, pero parece le han partido un trozo o está rellena de cemento una de las partes que hacen de quicio o bisagra.

Ya son enesimas veces las meteduras de pata, y no me voy a callar ni una vez más, advertidos están, si pensáis que a mi me habéis engañado como a otros, lo lleváis claro "gandules".

También cabría la posibilidad de que estos técnicos pequen de confiados y los arqueólogos contratados se las jueguen y engañen, en base a lo poco que asisten por las obras para vigilar, aún así volveríamos al principio de todo y que son poco trabajadores.

José Antonio Hinchado Alba.