EL CONVENTO DE LOS FRAILES VIEJOS, EN ALBURQUERQUE, BADAJOZ.

Ubicado en un paraje de sensacional belleza, una de las muchas joyas abandonadas en nuestra Extremadura, dejadas y olvidadas por nuestra administración, olvidada por sus vecinos y consistorio y dejadas a su suerte por la naturaleza y el tiempo, un convento de estilo gótico tardío, no se sabe en que año se construyó, lo único que se sabe es que hubo un convento anterior de la orden franciscana descalza de la provincia de San Gabriel (Extremadura), se trasladaron a principios del siglo XVI a dicho convento, y este se abandona en1634, y los monjes franciscanos se instalan dentro de la villa de Alburquerque, parece ser en este convento estuvo morando San Pedro de Alcántara un considerable tiempo. 

Todavía se pueden apreciar diversos elementos decorativos como son los nervios de arranque de piedra de las bóvedas hoy hundidas, seguramente bóvedas tabicadas extremeñas; también se ven cenefas floreadas en piedra que posteriormente fueron enfoscadas, algunos capiteles decorados, quicialeras, etc, todos hechos de piedra caliza y granito. En el exterior destaca un majestual pozo artesano, excavado en la roca, con algunos abrevaderos, un bohío o pequeña vivienda hecho con enormes sillares en sus esquinas seguramente pertenecientes al convento lógicamente pues sera posterior, aunque también muy antiguo; el camino empedrado de cantos que lleva desde el camino de herradura al convento; restos de cimientos y antiguos suelos de losas de piedra, muros de piedra de las cercas contiguas donde se ven piedras con formas decoradas del antiguo convento, posiblemente arcos de puertas, ventanas o algún altar; como cosa curiosa hay un pozo de superficie, que a mi humilde entender dicho pozo está hecho dentro de un horno de cal y restos de cal encontré por sus alrededores.

Lo más detallado en documentación que hay de este convento lo hace Lino Duarte Insua en 1909, pero veinte años más tarde en 1929 lo vuelve a publicar exactamente igual, solamente variando las notas donde yo lo explico claramente las diferencias.

Con mi amiga Regina Reis Silverinha.

José Antonio Hinchado Alba.


(1791). «...convento de religiosos descalzos de San Francisco Provincia de San Gabriel, cuyacomunidad se compone de treinta y cinco individuos, los veinte y cuatro de coro, seis legosy cinco donados; su subsistencia pende de la limosna de los fieles, la villa les da de propiosmil y quinientos reales y así mismo tiene algunas cortas obtenciones por razón delcumplimiento de aniversario y algunas otras misas de encargo».


(1793). Tiene dos conventos, uno es de monjas de Santa Isabel Franciscanas, otro de religiosos de nuestro Seráfico Padre San Francisco, éste ha tenido hasta el día tres fundaciones, la primera como una legua de esta villa, a donde dicen los monasterios cercanos y dentro de este término, a la dehesa de Zagala, que bien lo demuestran sus ruinas haber sido su primera fundación; la segunda a donde dicen los Frailes Viejos, al norte de la sierra de este nombre, en donde fue guardián San Juan de Prado y vivió San Pedro de Alcántara y también fue guardián en él; y la tercera en que se trasladó a los arrabales de esta villa, en el año de 1618, a impulso de esta ilustre villa, a censo del Señor Obispo y de la provincia, para lo que le concedió esta ilustre villa cierta limosna que aún permanece trastrocada a dinero y la provincia le ofreció a la villa, por ella y sitio que le franqueó para la fábrica a que contribuyó con su vecindario, el patronato del convento y que pudiera poner sus armas en la capilla mayor de su iglesia, en la puerta principal de ella y en su portería, cuyos documentos he visto y reconocido con Vicente Pardo del Pilar, escribano público numerario y cuando lo fue de Ayuntamiento y dió testimonio de ellos, en tiempos que siendo yo defensor del convento, en asunto de que se le continuara la ofrecida limosna que se la habían suspendido y mandó continuar el Supremo Consejo, en cuya Cédula Real se hace mención del tal patronato referente el tal testimonio...


(1909) Lino Duarte Insua. (Sacado de documentos antiguos).

Población tan antigua como Alburquerque, de la importancia que esta tuvo en todos los tiempos, desde remota antiguedad, no podía por menos de haber tenido sus comunidades religiosas, y así vemos en el Piscator Salmanticense (1782) que dice: «Habitanla dos mil vecinos, divididos en dos parroquias, un convento de frailes y otro de monjas.» 

Efectivamente; todo el mundo sabe que el de frailes existió en el edificio de San Francisco y el de monjas en la calle del Espíritu Santo, inmediato a Ia iglesia de la Encarnación (vulgarmente las Monjas). 

El de frailes es el más antiguo y ha sufrido distintas vicisitudes y tasaciones que vamos a relatar merced a un curioso documento que ha llegado a nuestras manos, referente al Capituto 25 de las Crónicas de los descalzos de San Gabriel, a cuya orden pertenecía la comunidad de religiosos establecida en este pueblo. 

Habító primeramente un edificio completamente derruído, cuyos cimientos aun se ven una legua al E. de Alburquerque, en las inmediaciones de la Laguna de Vinagre. 

Más tarde, allá por los años de 1500 y tantos, para que el pueblo tuviera más cerca la Comunidad, situose el Convento en la falda N. de la Sierra que lleva el nombre de Frailes Viejos, de cuyo edificio se conservan aun grandes paredones que acreditan la magnificencia del mismo. (1, 1929).

Ultimamente, el año I634, Ia Comunidad se trasladó al edificio construido para Convento y que lleva el nombre de San Francisco a las afueras N. 0. del pueblo. 

He aquí como se relatan estos hechos en las referidas Crónicas de descalzos de San Gabriel:

«Fundose el convento de la madre de Dios en un sitio distante de una legua de la villa de Alburquerque, donde hoy día se ven algunas tapias y cimientos que manifiestan la pobreza y pequeñez del edificio. 

Pasados algunos años, a instancia de la villa, por tener los frailes más cerca para las confesiones, se traslado el convento de aquel sitio a otro que estaba medía legua de la población a media legua a pie de una sierra o cerro alto que llaman la Peña oradada (hoy los Frailes Viejos) a la parte que mira al Norte, sítio donde los religiosos estuvieron y estaban comodísímos, porque además de ser muy sano por el temple de la tierra y por la agua de una fuente (2, 1929) que hay o había en la huerta, era muy conveniente al instituto de nuestra orden de descalzos. En este segundo sitio habitaron los frailes más de cien años sin acordarse de trasladar el convento ni consentir que de eso se tratase, porque hacían grande aprecio de él y así por lo dicho como tambien por haber vivido y estar sepultados en él muchos religiosos perfectisimos y de singular virtud (1,1909) y (3,1929).

La villa de Alburquerque a cuyas limosnas el convento se sustentaba, atendiendo a su útil espiritual, quiso acercarle más. Alegaba que era cosa molesta y muy penosa el haber de ir media legua a confesarse todas las personas que se querían confesar con los religiosos que eran las más en número. No hay en toda ella otro convento de religiosos a quien pudieran recurrir siendo así que tiene cumplidamente más de tres mil vecinos. 

Propuso esta segunda traslación no sólo como muy conveniente si no como precisamente muy necesaria y aún como debida de justicia por la renumeracíón espiritual a que están los religiosos obligados por las limosnas que reciben de todos sus bienhechores, que en caso que no quisiesen trasladarse que fundarian dentro de la villa un convento de otra orden (2,1909). 

A tanta instancia y tan apretada, no pudieron nuestros frailes resistir (3,1909) y así con acuerdo del definitorio se decretó la traslación. (4,1929)

Algunos díscordaron al principio, en la elección de sítio, pero últimamente concordes el Regimiento con el Provincial se eligió el de un arrabal a la parte del Norte, junto a una ermita de San Andrés, un tiro de piedra distante de las casas.

Allí, el año I620, se comenzó a hacer un cuarto, el cual levantado ya hasta el primer alto las paredes, no se prosigio por algún tiempo: Dícese que la afición que la provincia tenía a su antiguo convento, retardaba la prosecución al edificio. Ya era inescusable y así se continuó la fabrica y hechos cuartos y acomodados de prestado Iglesia, se trasladó el convento el día de Santo Tomás Apostol del año de 1634. 

Llevose de la parroquia de Santa Maria el Santísimo Sacramento con solemnísima procesión y con general júbilo de la Villa, que tanto lo deseaba, aunque bañados con lágrimas muchos de los frailes por considerar desamparada y desierta su antigua vivienda, donde parece que el cielo llovía influencias soberanas y favores sobrenaturales. 

Con solemne procesión tambien se hizo soberana traslación de los huesos de Ios frailes que estaban sepultados en aquel antiguo sitio y se hayaron algunos cuerpos incorruptos, habiendo estado debajo de tierra muchos años ».


(1) (1909). En este convento habitó durante bastante tiempo Fr. Pedro Garabito, que más tarde fué canonizado como Santo, con el nombre de San Pedro Alcántara. En las inmediaciones del convento, en una finca murada y cerca de la tapia que dá a la calleja de Elvira de Vacas. se vé todavía  la silla del Santo, nombre que se da a una piedra de gran tamaño que figura un asiento con respaldo y en que según la tradición se sentaba San Pedro Alcántara en sus rezos y meditaciones. A este varón ilustre se refiere sin duda la crónica al hablar de los religiosos perfectísimos que allí vivieron.--N. del A. 

(1929). El tercero, el convento de descalzos de Alburquerque que a instancias de la villa fundo a una legua de distancia en 1507 el V. Fr. Pedro Melgar, compañero de Fr. Juan de Guadalupe el cual se trasladó primero al pié de la Peña Horadada y después al arrabal de la Villa. -Ascencio Morales-. En1754

(2) (1909). Según parece, era cosa muy necesaria en aquel tiempo un convento sin el que no se podía vivir. Los tiempos han cambiado mucho.

(2) (1929). Debe ser la que se conoce con el nombre de Matiscalvo.

(3) (1909). Claudicaron pues los pobres frailes sin duda por temor que se hubiera establecido otra comunidad. 

(3) (1929). [coincide con el punto (1) de 1909 pero además añade lo siguiente: Fueron padres de San Pedro de Alcántara (Fray Pedro Garabito) el Bachiller Alonso Garabito y Doña María de Villela Sanabria Maldonado. Muerto Alonso Garabito, su viuda o sea la madre de San Pedro casó en segundas nupcias con Don Alonso Barrantes, de cuyo matrimonio nació Don Pedro Barrantes, de ahí el parentesco de la familia Barrantes con San Pedro de Alcántara. (Este Don Pedro Barrantes Maldonado, fue quién intervino cerca de Don Felipe II a fin de que Alburquerque no se pagaran las alcabalas)].

(4) (1929). Y así mismo en su pontificado (se refiere a Don Pedro González) se declaró en 1530 en Alburquerque, una gran peste, que cesó milagrosamente, según cuentan por la intercesión de Fr. Diego de Almonte, religioso descalzo, por cuyo motivo se hizo traslación de su convento dentro de la villa. -Ascensio Morales-.


Así relata Ia crónica mencionada Ia traslación o mejor dicho las traslaciones que sufrió el convento de Albuquerque. Continúa la misma crónica relatando lo concerniente a la traslación de Ios restos de los frailes y en esto ya no procede dársele el mismo crédito, pues que expresa hechos que sin que pongamos en duda son esencialmente sobrenaturales y milagrosos. He aquí como se expresa el tan repetido documento:

«Esta traslación de los huesos de Ios difuntos, se puso luego por obra, aunque antes de hacerse la Iglesia del nuevo Convento, a instancia y peticion de los mismos difuntos, sepultados en el convento viejo, como se verifica en lo que sucedió a un religioso cuyo nombre se calla por ser vivo cuando se escribe esto, que según Ia declaración que hizo delante del Ministro provincial que le obligó a ello con el precepto de la Santa Obediencia y debajo de juramento fué de esta manera. Habiendo ido todos los religiosos al Convento nuevo de la villa para asistir a la procesión de la traslación del Santísimo Sacramento de la parroquia al nuevo convento, quedó solo en el convento viejo un religioso, el cuál entrando en la iglesia, apenas puso los pies en una sepultura, se hundió en ella hasta las rodillas, que no le dió poco temor y con él salían hasta el claustro, a donde se entretuvo algún rato temeroso, hasta que vino al convento un corista con un recado del Provincial que a sazón se halló en traslación del Santísimo Sacramento, porque en aquella hora se trasladaba de la Parroquia al convento y que le enviase el vaso de plata en que el Santísimo estaba. Hízolo así el religioso, volviose a ir el corista con el vaso diciendo que a la tarde volvería a acompañarle.

Volvió a quedar sólo el religioso y lo que en discurso de día le sucedió fué que en otras tres veces que entró en la Capilla otras tantas sepulturas se hundieron en que se entraba en ellas hasta más de las rodillas, con que se aumentaba cada vez más el temor en su corazón. Llegó la noche, y como el corista no viniese a acompañar a aquel religioso como le había dado palabra intentó de irse y dejar Ia casa sola; pero como la obediencia le había mandado que se estuviere, se determinó a quedar aunque con harto miedo, llevó el religioso luz a la celda y recostándose sobre su cama y no pudiendo dormir tomó por remedio para divertir el miedo el ponerse en oración delante de una imagen de Nuestra Señora, que en la celda tenía y habiendo estado orando más de una hora de rodillas, oyó un ruido a la puerta de su celda y hacía la puerta del coro que le desasosegó grandemente; quería salir y no se atrevía, aunque con el amparo de la Madre de Dios que tenía presente, se determinó tomándola en los brazos a abrir la celda y fué cantando con ella, Poste Partium Virgo, etc. 

Pasó a la capilla, y apenas había puesto los pies en ella fue cuando se hundieron todas las sepulturas, apareciendo levantados en pié los esqueletos de los difuntos que las ocupaban. 

El religioso se llenó de pavor, pero abrazando más fuertemente la sagrada imagen, esperó confiado. En esto el espectro que más cerca tenía, habló de esta manera: 

Hermano: habiendo trasladado la Comunidad su residencia a lugar distante de este sitio, los hermanos difuntos que aquí veis, desean que sus restos sean asimismo trasladados al nuevo convento; y yo en el nombre de ellos es lo digo para que así mismo lo participeis al Provincial, que no parece cosa piadosa dejar nuestros restos abandonados a las incurias del tiempo y de los hombres ímpíos. Prometednos y jurad por esa Santa Virgen que en los brazos traeis, que cumplireis nuestro encargo. 

EI religioso, poniendo su rodilla en tierra, y con voz solemne, dijo: así juro, con lo que despues de un gran estrépito cada espectro ocupó su sepultura, cerrándose ellas solas. El religioso recobró la tranquilidad y pasó todo la noche orando.» 


(1929). Lino Duarte Insua (haciendo referencia a algún documento antiguo, posiblemente del siglo XVII o XVIII).

...San Pedro de Alcántara, viendo en el convento de los frailes Franciscos de la segunda fundación (1) expuesta su suplica a su Divina Majestad en lo alto de la torre del Omenaje, se apiadara su Divina Majestad del contagio de peste que sufría el vecindario...

(1) El que estuvo en los Frailes Viejos o Convento de la Peña Oradada.


(1929) Lino Duarte Insua (Hace referencia a documento de 1750).

El cuarto que separa de la salida del pueblo con inclinación al medio día, que sigue entre viñas por media legua cercano a la cordillera de Sierras, que divide y corta el termino, camino de herradura, y en las faldas de dicha sierra se hayan las ruinas del antiguo convento de religiosos descalzados y pasa del medio qlo. fuera de referidas viñas, por una fuente de cantería abundante de aguas dulces, con sus pilas para beber ganado y una huerta de legumbres...


(1995). Hipólito Ámez Prieto: Pasados algunos años, deseando los vecinos tener más cerca el convento, dado las dificultades que tenían para asistir a las celebraciones y, principalmente, a recibir el sacramento de la Penitencia, consiguieron que se fundara otro más cercano, según el padre Juan Bautista Moles (1592 Memorial de la Provincia de San Gabriel) a media legua del anterior y a otra media de la villa. Los vecinos hubieran deseado un lugar más cercano pero los deseos de los frailes de soledad y las severas leyes de los Descalzos no lo permitieron. Se situó en Ia falda norte de la sierra que lleva el nombre de Frailes Viejos y que antiguamente se le conocia como la Piedra Horadada. De este edificio se conservan, en la actualidad, grandes paredones y arranque de bóvedas, que acreditan una buena fábrica del mismo. aunque sea de pequeñas dimensiones. Hoy sus ruinas comparten, con los alcornoques, los olivos y las encinas, la soledad de los campos. 

"Fundóse el Convento de la Madre de Dios en un sitio distante una legua de villa de Alburquerque, donde oy dia se ven algunas tapias y cimientos que manifiestan la pobreza y pequeñez del edificio. 

Passados algunos años, a instancias de la Villa por tener los Frailes más cerca para las confesiones, se trasladó el Convento de aquel sitio a otro que estaba a media de la población, al pié de una sierra o cerro alto que llaman ¡a Peña Horadada, a la parte que mira al Norte; sitio, donde los Religiosos estuvieron, y estaban comodísimos, porque además de ser muy sano, por el temple de la tierra, y por la agua de la fuente que ay o avia en la huerta, era muy conveniente al instituto de nuestra descalcez. Este segundo sitio habitaban los frailes mas de cien años, sin acordarse de trasladar el Convento ni consentir que de eso se tratasse, porque hazian grande aprecio del, así por lo dicho como también por haber vivido y estar sepultado en el muchos religiosos perfectísimos y de singular virtud".

La segunda edificación (Frailes Viejos J.A.H.A.), es a la que se refieren y hacen hincapié todos los autores. Destacando como guardián el beato Juan de Prado y es en este convento donde, en el Capítulo celebrado en octubre de 1538, se nombró a San Pedro de Alcántara, ministro Provincial de San Gabriel. En este mismo lugar, el 3 de octubre de 1544, San Pedro de Alcántara, es elegido por segunda vez definidor de la provincia. 

Contaba con una gran huerta y una fuente de agua de muy buena calidad, estaba rodeado de un frondoso bosque de encinas, alcornoques y madroñales.

"...El lugar es amenísimo con hermosísimas huertas, con aguas de riego, con un bosque de encinas y ajeno a las molestias de los seglares".

Vivían de ordinario entre doce y catorce frailes, que eran muy queridos por el pueblo debido a la fama de santidad que tenía fray Juan de BobadiIla, enterrado en dicho convento, y por tener conciencia la villa de haber sido librada de la gran peste de 1530, por las oraciones de los frailes. 

En una finca vecina existe una gran piedra, junto a la tapia que da a Ia Calleja de Elvira de Vacas en la que, según la tradición, se sentaba San Pedro de Alcántara en sus estancias en el convento para sus rezos y meditaciones.

Fue edificado con la ayuda del pueblo que con sus constantes limosnas, al igual que el Duque de Alburquerque, podía tener el convento un número considerable de frailes...


(1997). Carmen Araya Iglesias y Germán Grau Lobato: Convento de Madre de Dios (Viejo): La primera fundación de este convento (1506) estaba en la llamada «Laguna del vinagre», situada cerca de la raya de Azagala, siendo un pequeño eremitorio realizado con gran pobreza de materiales, posteriormente se trasladó a otro emplazamiento más cercano al pueblo, distante de éste unos tres kilómetros, en la falda norte de la Sierra de los Frailes Viejos, conocido el lugar como «piedra horadada», junto a la fuente llamada de Matiscalvo. En una finca próxima se conserva una gran piedra, en la calleja de Elvira de Vacas, donde según la tradición se retiraba a orar San Pedro de Alcántara. Su estado actual es de ruinas conserva solamente el muro norte de la iglesia y los contrafuertes, además de algunos arranques de bóvedas.


(2003). Eugenio López Cano:

...Antes de declararse la independencia de Portugal, al fin de este año de 1634, Alburquerque en 1635 tenía 1500 habitantes y conocería el traslado de la comunidad religiosas de los descalzos de San Gabriel, desde la ermita llamada de los Frailes Viejos al actual convento e iglesia de San Francisco, entre las ermitas de El Salvador y San Andrés...