EL DOLMEN DE LA LAPILLA EN BADAJOZ.

En la bella finca de la Lapilla perteneciente al término municipal de Badajoz, se encuentra los restos lo que fue un dolmen de época perteneciente entre el Neolítico y Calcolítico, sólo quedan tres ortostatos de la cámara y en el corredor se ve perfectamente que también hay un gran ortostato en dicho corredor pegado a la cámara. Estoy completamente de acuerdo con lo que dice Primitiva Bueno sobre el resto de ortostatos desaparecidos, que están algunos por allí repartidos y creo que yo he visto alguno, pero de eso hablaré en otra publicación. No quiero dejar en el olvido que a pocos metros del dolmen existe una gran roca de piedra que emerge de la tierra dando un curioso y bello paisaje al entorno, que unido a la dehesa extremeña regala placer a la vista.

Con mi amigo José Miguel Morcillo Gómez.

José Antonio Hinchado Alba.


(1999). Agustín Fernández Caballero. (Estos datos están sacados de una publicación de 1987 de Primitiva Bueno Ramirez). Es una cámara de tendencia circular, con corredor largo descentrado respecto a la cámara, en granito, en forma de tipo "P". De la cámara quedan dos ortostatos en pie, el resto se han perdido, tal vez utilizados para levantar paredes en otra zona de la finca. La altura máxima es de 2 metros, con un diámetro aproximado de 3 metros. Junto al monumento, hay varios trozos de ortostatos rotos, uno de ellos de medio metro de altura. El desarrollo del corredor es de 5 m de largo, con una anchura de 1'20 m. El túmulo ha desaparecido y sólo se aprecia una acumulación de piedras y tierra junto al monumento. Su orientación es de 120° S.E.

Pablo Berrocal García posee en su casa de Valverde de Leganés, dos hachas:

1.- Hacha de fibrolita gris, totalmente pulimentada. Extremidad distal rota. Extremidad proximal convexa y cortante. Sección rectangular.

2.- Hacha en diorita de color gris. Filo convexo a doble bisel y pulimentado. El resto de la pieza se ha desbastado. Base recta y espesa. Sección rectangular de lados redondeados. 118 x 48 x 37 mm.


(2015) David M. Duque Espino y Juan Javier Enríquez Navascués.

Las visibilidades acumuladas se han calculado utilizando los recortes del mdt de las áreas de captación de recursos hipotéticas, estimadas en 5 km para los dólmenes de corredor largo con o sin cámara monumental –Milano, Mezquita, Lapita, Lapilla, Revellado i, Romo, Monteporrino 1 y para el caso de los aislados Reyerta y Montes Calderón–, y todas las evidencias megalíticas...


Los dólmenes del curso medio del río Olivenza: 

Aguas abajo se encuentran dos dólmenes más: la Lapita y la Lapilla..., ... En la margen derecha del Olivenza, entre arroyos también, está el de la Lapilla, con un diámetro de la cámara en torno a los 3 m y un corredor descentrado de poco más de 5 m, según recoge Fernández Caballero basándose en datos de Bueno Ramírez. Está dentro del pasillo formado por esquistos y grauvacas con afloramientos de cuarcitas de la serie negra. No obstante, 250 m al o existe un afloramiento de granito biotítico y un poco más lejos, a 350 m, otro de gabros anfibólicos. Su caso es muy similar al de la Lapita. Su arquitectura, tamaño, visibilidad, campo visual y área teórica de influencia le separan de la Reyerta y del grupo del Romo, que en distintas direcciones son los más cercanos. Aquí también puede definirse una territorialidad individualizada, que sigue los parámetros de la Lapita y que tal vez explique la razón de no situarse sobre los cercanos substratos graníticos.


Al margen de esos grupos o asociaciones, los dólmenes de la Lapilla y la Lapita, y tal vez los de Montes Calderón y la Reyerta, exponen como fuera del nacimiento de las cuencas la estructura del paisaje megalítico cambia. Sin tener su localización en los puntos del paisaje de donde parten los ríos y arroyos principales, están discretamente dispuestos en ambas márgenes de la ribera del Olivenza sin formar asociaciones ni agregaciones, dispersos frente a la concentración y agrupamiento de los situados en las cabeceras.


La geología no parece haber jugado un papel determinante en la organización de estos espacios dolménicos, con algunos casos expresivos como los de la Lapilla, Revellado 2 y 3, para cuyas ubicaciones no se eligieron afloramientos graníticos cercanos, sino que primaron otros criterios menos pragmáticos y por tanto seguramente más simbólicos y culturales como a veces se ha propuesto.