EL DOLMEN DE LA LAPITA EN BARCARROTA, BADAJOZ.

Cuando vi por primera vez el dolmen de La Lapita tuve una sensación de artificialidad, dicho de otra manera sentí que el monumento estaba adulterado o reconstruido, y no me equivoqué al leer a Mélida posteriormente y sobre todo al ver una foto sacada en 1924, el dolmen estaba reformado, desconozco por quien y en que año se ha realizado dicha manipulación, cuidado que no estoy criticando esa actuación pues seguro que estaría casi derrumbado o muy mal estado y se intentó a todo trance arreglarlo, lo que pasa que un servidor que ha visto muchos dólmenes le chocó algo al ver este; hoy día hay cuatro ortostatos de pie calzando con otras piedras a la cubierta, Mélida dice que hay tres ortostatos en pie.

Quiero también decir que en una fantástica lista elaborada por Primitiva Bueno se pone al dolmen de La Lapita en el término municipal de Badajoz y no es cierto, pues pertenece al de Barcarrota. El lugar es de extraordinaria belleza y las fotos dan fe de ello.

José Antonio Hinchado Alba.


(1925). José Ramón Mélida y Alinari: Al sur de este grupo de dólmenes (se refiere a los dólmenes del sur del término de Badajoz) en la misma faja occidental de la provincia y en el mismo término judicial de Badajoz se encuentra en el municipal de Barcarrota otro grupo dolménico que me ha sido dable de visitar en el pasado de octubre de 1924, acompañado y auxiliado de don Maximiliano Macías, que llevó la parte fotográfica de la investigación y los señores don José y don Luis Mendoza, don José Villanueva y don Virgilio Viniegra, conocedores del terreno. Hállanse estos dólmenes separados, en dehesas distintas, de modo que pueden considerarse restos de necrópolis prehistóricas. Los ejemplares que subsisten hállanse arruinados, desnudos de los montículos que los cubrieron y, por supuesto, ninguno ha sido explorado. Todos pertenecen al tipo tronco-piramidal, de cámara octógona y galería, siendo evidente su parentesco con los del grupo de El Almendral acabado de reseñar que cae al N. Los ejemplares del de Barcarrota son los siguientes:...


Dolmen de la dehesa de La Lapita, situada poco mas de cuatro kilometros al N.O. de Barcarrota. Tres piedras subsisten en pie sustentando todavía la cubierta, que viene a ser cuadrilonga, de 2'60 X 2'10 metros. Miden aquellas por su base 0'80, 0'85 y 0'90 metros, y de altura 1'35 y 1'40 metros. Las demás piedras están rotas; por algunos restos se rastrea la galería orientada al saliente. No faltan esparcidos algunos cantos del montículo.


(1939). Samuel de los Santos Jener. ...El núcleo mayor corresponde a Barcarrota, donde el maestro Mélida creyó reconocer una basta necrópolis dolménica. En toda esta zona es donde el señor Albarrán recogió, exhumados por el arado, los ídolos placa de pizarra núm. 32 hallados en las dehesas La Hermosina, La Lapita, La Mezquita y la de San Blás. Antes de este hallazgo existían sólo en España las de Jabugo y una placa de Almería en barro, existiendo además una notable serie en Portugal... .


(1987). Primitiva Bueno Ramírez: ... pudimos reconocer cazoletas... en los dólmenes Rebellado I y II y la Lapita sobre la cubierta en la provincia de Badajoz. La existencia de cazoletas en los megalitos de Badajoz, ya había sido señalada por el Marqués de Monsalud en 1900...


(1992). Primitiva Bueno Ramírez y Rodrigo de Balbín Berhmann. Las cazoletas son el tema más simple y más abundante. Aparecen solas en algunos megalitos: ...Rebellado I y II, la Lapita y Casa del Moro, tanto con corredor como sin él y en soportes pizarrosos o graníticos. 

Se sitúan sobre los ortostatos, tendiendo hacia la zona frontal de la cámara o sobre la cubierta (Lapita).

(Utilizando técnica de piquete más abrasión para hacer las cazoletas en esos dólmenes).


(1999). Germán Grau: De las siete piedras que formaban su cámara solamente quedan en píe cuatro de ellas, que aún mantienen de forma un poco inestable la losa superior, no quedando restos del pasillo. Está situado en medio de una zona adehesada.


(2015) Juan Javier Enríquez Navascués y David M. Duque Espino (hablando del dolmen del Milano): 

Las visibilidades acumuladas se han calculado utilizando los recortes del mdt de las áreas de captación de recursos hipotéticas, estimadas en 5 km para los dólmenes de corredor largo con o sin cámara monumental Milano, Mezquita, Lapita, Lapilla, Revellado 1, Romo, Monteporrino 1 y para el caso de los aislados Reyerta y Montes Calderón...


... Aparece así como un grupo bien individualizado, jerarquizado en principio con el Milano como el más monumental y el único de visibilidad puntual, que como tal agrupación está bien separado de los más cercanos dólmenes de la cuenca del río Olivenza, como la Mezquita 1, la Lapita y la Reyerta y al S.E. de los de Monteporrino.


Aguas abajo se encuentran dos dólmenes más: la Lapita y la Lapilla. El de la Lapita está en la margen izquierda del Olivenza, entre el arroyo del Fraile y el arroyo de la Lapita, en un terreno llano adehesado que no supera los 420 m y que geológicamente corresponde a cuarzosienitas cataclásticas. Es otro dolmen de corredor largo, y no corto como a veces se ha recogido, según se pudo comprobar en una limpieza superficial que se hizo. Pero la cámara no alcanza los 3 m de diámetro máximo y la estructura megalítica en su conjunto es sensiblemente menos monumental que la del Milano, Mezquita 1 y otros de la zona como el Romo. No presenta gran visibilidad, pero el campo visual desde él marca un espacio que viene a coincidir con el que se obtiene en el cálculo de su área de influencia teórica más inmediata. Por tanto no está ligado visualmente a ningún otro dolmen o conjunto de ellos y ni siquiera el sustrato geológico es el mismo que el de los más cercanos. A su alrededor puede individualizarse así un territorio amplio, con límites bastante nítidos que no entran en conflicto aparente con los referentes paisajísticos que lo separan de los dólmenes vecinos. Estos factores junto a las variables relativas a su arquitectura, tamaño y ubicación, a propósito de las cuales destaca su menor monumentalidad respecto a los dólmenes de corredor largo de las agrupaciones, aunque coincide con ellos en su visibilidad puntual, tienen como consecuenciasu independencia territorial respecto al grupo Mezquita 1, Cañada de la Murta, al del Milano y demás megalíticos limítrofes. La gran incógnita es si cronológicamente es contemporáneo de todos o algunos de los dólmenes agrupados y, de serlo, si podría explicarse su carácter individual por el hecho de que tal vez la disposición de las sepulturas, y algunos rasgos arquitectónicos, fueran diferentes una vez rebasado el tramo alto de las cuencas de los ríos.


(Hablando del dolmen de la Lapilla): No obstante, 250 m al O. existe un afloramiento de granito biotítico y un poco más lejos, a 350 m, otro de gabros anfibólicos. Su caso es muy similar al de la Lapita. Su arquitectura, tamaño, visibilidad, campo visual y área teórica de influencia le separan de la Reyerta y del grupo del Romo, que en distintas direcciones son los más cercanos. Aquí también puede definirse una territorialidad individualizada, que sigue los parámetros de la Lapita y que tal vez explique la razón de no situarse sobre los cercanos substratos graníticos.


Al margen de esos grupos o asociaciones, los dólmenes de la Lapilla y la Lapita, y tal vez los de Montes Calderón y la Reyerta, exponen como fuera del nacimiento de las cuencas la estructura del paisaje megalítico cambia. Sin tener su localización en los puntos del paisaje de donde parten los ríos y arroyos principales, están discretamente dispuestos en ambas márgenes de la ribera del Olivenza sin formar asociaciones ni agregaciones, dispersos frente a la concentración y agrupamiento de los situados en las cabeceras.


Pocas son las evidencias de la presencia de grabados, pero sobre la cubierta del Revellado 1 y 2 y en la Lapita se han localizado cazoletas (Bueno y Balbín), que pese a ser el motivo más simple y abundante presente en distintas arquitecturas, no es en este caso sino un indicio de que podrían encontrarse más manifestaciones de esta clase con una limpieza de ortostatos. Por otro lado, sabido es que, dentro de las creencias y símbolos asociados a las manifestaciones megalíticas, se ha destacado la importancia que tuvo la orientación de los sepulcros y ciertas implicaciones que la misma pudo conllevar (García Sanjuán, 2009). En el caso de estos dólmenes de Barcarrota no se han constatado anomalías en cuanto a una orientación al orto solar. Hoskin y Sauch (1999) estudiaron la orientación de nueve de ellos, que presentaron un intervalo entre 86º y 121º.4