EL CASTILLO DE MEDINA DE LAS TORRES, BADAJOZ. (Con datos inéditos).

Este castillo también es llamado Torre de los Moros y también de la Encomienda, según la publicación que le toque, solamente he puesto los documentos que he considerado serios e importantes sobre el castillo, pues hay mucha morralla escrita al respecto, donde ninguno se pone de acuerdo de que época es dicho castillo, muchos lo colocan entre el siglo XIV y el XVI, otros lo colocan en el siglo XV directamente, pero aquí un servidor basándose en las pruebas y documentos que hay, lo voy a situar con claridad en el siglo XIV como muy moderno, e incluso lo podíamos bajar al siglo XIII como hipótesis. ¿En que me baso?; 1° en la cronología y en los topónimos; en el siglo XIII, el pueblo se le conoce por Medina, nombre árabe que quiere decir ciudad y así se recoge en documentos de dicho siglo, y ni que decir tiene lo de llamar al castillo Torre de los Moros, una tradición popular que debe venir de cuando fue reconquistada la zona por la Orden de Santiago también en el siglo XIII. 2° En las pruebas arqueológicas evidentes de época árabe, donde han aparecido desde tesoros, cerámicas etc y modernamente enterramientos árabes. 3° En los testimonios y documentos dejados en 1848 por José Antonio Barrientos y Salas; abogado, historiador y arqueólogo, natural de Medina de las Torres donde deja muy claro que hay documentos de 1408 y otros años del mismo siglo, en el que el pueblo se llama oficialmente Medina de las Torres. 4° Las estructuras del siglo XIV documentadas en las reformas y excavaciones arqueológicas de consolidación y adecuación del proyecto Alba Plata del dicho Castillo en el año 2001.

Os doy detalles: es cierto que no ha aparecido ninguna prueba a fecha de hoy que demuestre que el castillo sea árabe, pero no hay ninguna prueba que desmienta que lo es en su origen, y que esté remodelado o reedificado, en tal caso no sabríamos decir de que año y siglo es en origen el castillo; en 1474 se habla de las torres y en 1478 del castillo, por lo tanto el siglo XVI ya lo podemos descartar, y al aparecer estructuras del siglo XIV también podemos descartar el siglo XV; otra cosa es que en estos siglos se hayan hecho remodelaciones y reedificaciones, pero ya se ve que dicho castillo está muy deteriorado en este último siglo cosa también a muy tener en cuenta. Hay un documento que no he puesto de 1791 donde el castillo está en ruinas.

Si José Antonio Barrientos y Salas hubiese visto todo lo que se ha escrito sobre este castillo se hubiera llevado las manos a la cabeza, pues si tenemos en cuenta su magnifica publicación donde pone de manifiesto de una manera muy nítida la realidad de la situación del castillo me refiero a estos siglos de la polémica, sin poder evitarlo se me viene a la memoria el dicho ese de que "más sabe el tonto en su casa que el listo en la ajena" aunque este señor no tenia nada de tonto, al revés tenía todo muy claro y conciso.

Luego tenemos las también magnificas publicaciones de José Ramón Mélida, Aurora Ruíz Mateos y Manuel Garrido Santiago, la de este último es soberbia pero no tiene claro la época de construcción, pero si nos dice que en 1403 el pueblo se llama Medina de las Torres, tampoco nombra para nada a Barrientos en su publicación cosa que me ha extrañado muchísimo a no ser desconociese sus datos, donde si se basa sobre todo es en los documentos de la Orden de Santiago, y en menor medida en Pascual Madoz, José Ramón Mélida y otros. 

En contraposición tenemos las tesis doctoral de Manuel López Fernández en el año 2002 publicada en la REE, donde atribuye el nombre de Medina a Martín Anes do Vinhal, un personaje portugués en el siglo XIII perteneciente a la Orden de Santiago. La tesis es muy curiosa e interesante, pero referente a lo relacionado sobre nombre de Medina no tiene ninguna prueba que verifique eso, por lo tanto es una hipótesis planteada en una tesis, que la persona que calificó dicha tesis doctoral se lo debía hacer plantear y luego corregir, pues el documento del siglo XIII dice que Martín pone el nombre de Medina a unas aceñas (molinos) en el término de Montemolín. " Damos e outorgamos a uos, don Martin Anes do Vinnhal as azennhas a que uos poseites nome Medina, que son en termyos de Montemolin e de Merida...”.

Para finalizar quiero decir que me extraña mucho nadie haya resaltado la escalera abovedada de ladrillo estilo mudéjar que hay dentro de la Torre del Homenaje. También quiero decir que este castillo las partes que se han restaurado están bien conseguidas y con criterio, el único "pero" que pongo es la escalera de acero corten que estimo no es la adecuada.

Para mas información y detalles os dejo unos enlaces abajo y algunas fotos antiguas de Fernando Garrorena Arcas.

Con mi amigo José Miguel Morcillo Gómez.

José Antonio Hinchado Alba.


(1848). José Antonio Barrientos y Salas: (Haciendo referencias en parte a los textos de Juan de Mariana recopilada en los siglos XVI y XVII J.A.H.A.) ... Situado Medina en la inmediación de la vía militar, ni era político ni conveniente quedarlo abandonado, pues por allí subirían los pertrechos del sitio, cuya custodia importaba tanto. ..., ..."Luego se llegó grandes Compañías, et enderezó contra Mérida, et corrió toda la tierra del Guadiana et astragola et tomó un castillo culebro que ágora dicen Alanis". Preciso era llegar a este punto, acercarse a Medina, y ¿como podría dejar de ser astragada?. Estas súbitas corridas, estos enemigos que no existían un siglo antes, y ya veían a sus puertas, pujantes, atrevidos y entusiasmados, darían origen a la formación de castillos que circunvalan a Sierra Morena. Creábase sin duda sobre la devastada Contributa otro pueblo, cuyo aumento y circunstancias le hicieron digno del nombre de la ciudad, puesto que fue sustituido a aquél, el de Medina, palabra árabe que la designa. Bien fuese porque la engrandecieron, bien porque la reedificaron, pero siempre manifiesta ese nombre cuanta consideración mereció lo que allí encontraron, corroborando así las conjeturas emitidas en la primera parte. Rodeado su local de fructiferas cumbres y productivos valles, apoyada en las suaves colinas que forman el descenso de la cordillera, lejos hasta entonces de los campos donde se luchaba de poder a poder, la Ciudad se desarrollaría con rapidez; y los restauradores, por su parte, para librarla de las calamidades que amenazaban y asegurar su tranquilidad, exigieron la extensa fortaleza de la que una parte debía darla sobrenombre otro día. En efecto, sobre una pintoresca, y aislada colina, ceñida al Oeste por un arroyo cuyo profundo cauce señala las ondulaciones de un extenso valle, perdiéndose sus cumbres al Este y Sur entre colinas y quebradas de poca altura, muraron un extenso cuadro en cuyos lados del Este alzaron dos redondas y altas torres, cercándolo todo con una doble barrera de almenas murallas, a distancia de 20 y 40 pasos del cuerpo del castillo, guarnecidas en trechos proporcionados de torreones más pequeños. Se dividían los grandes en abovedadas y capaces habitaciones a que daba paso una cómoda escalera, construida a la izquierda de la única puerta del último recinto, situada al Este. Por lo alto del muro estaba la comunicación entre los dos torreones, que se diferencian bien poco en altura y eran semejantes en lo demás. Coronábalos una extensa platea sin ninguna clase de pretil en la circunferencia. Sobre la puerta principal formada de grandes y contados cantillos, aparecía un ancho balcón de la misma materia, construido de modo que pudiera servir para arrojar sobre los sitiadores todo tipo de proyectiles y defensas usadas en aquellos siglos: harto conocidas son esas construcciones, para que ocupe su descripción más lugar en esta historia. El balcón, las almenas y lienzo donde se hallaba la portada, han desaparecido con las murallas que componían ambos recintos. Las torres están en pie y durarán todavía mucho tiempo.

Asentados con la seguridad que inspiraría la capaz y bien construida fortaleza, es indudable acreciese la población a su alrededor y también por ello debía excitar deseos de apoderarse de ella en los que cifraban su gloria en vencer y destruir. No una vez sóla tendría a su vista caudillos valientes y resueltos que, haciendo inútil la guarnición precisándola a encerrarse, darían al pillaje a un pueblo que no podría defenderse. Por valiente que fuera aquella, no habiendo alcanzado los medios que hoy sirven a proteger desde lejos, estaría condenada a deplorar los estragos que no le era dado evitar ni castigar. Las guerras continuas de los moros entre sí, nacidas de la plaga de reyezuelos que surgió al extinguirse la dinastía de los "Benhumeyas" en Córdoba, titulándose tales cuantos Gobernadores de ciudades esos pusieron, bastaba para que se ahogasen las nacientes poblaciones. ...

... He ahí las ruinas aglomeradas en Medina sobre las romanas; la diferencia de construcciones en los edificios sobre otros edificios, y no cito estos hechos históricos por que atañen a la Península en general, sino porque tocan particularmente a los pueblos situados en las inmediaciones de esas dos ciudades (Mérida y Badajoz J.A.H.A.) cuyos habitantes tendrian sobre sí el mayor cúmulo de los males anejos a esas expediciones; pues no se necesita repetir cuanto más sufren los que, sin defensas, son ocupados alternativamente, aunque se auparen con un castillo importante, cual Medina lo tenía. ...

... Ya las Castillas eran una potencia; León un reino; y Sierra Morena debía tener a sus inmediaciones las fuerzas de ambos. Medina, situada en su base fortificada,y en una situación importante, sentiría el poder de las acometidas; y como estas se repetirían con frecuencia, menguaría la población, prefiriendo servir con los Reyes a ser impunemente maltratada junto a las almenas... .

... Las ruinas aglomeradas al pie del castillo en Medina son testigos inexcusables de las sucesivas devastaciones que tuvieron lugar en ella. Son prueba de que no una vez sóla fueron reedificadas las moradas de sus habitantes, quienes tendrían al fin que abandonarlas o quedar reducidas a pocas. ...

... Ya estaban en poder de los nuestros Montemolín, Zafra, Fuente Roniel (Fuente del Maestre) y probablemente Medina, así como otros puntos ganados pocos años antes (1237) por los Maestres de Santiago y Alcántara, D. Pedro González Mengo y D. Pedro Yañez. ...

... A estas épocas (1248) debe referirse un barrilito lleno de monedas árabes de plata, perfectamente conservadas descubiertos por unos niños en 1839, de las que remitió dos el que esto escribe a la Sociedad de Amigos del País de la Provincia. Había con ellas unas pulseras, al parecer; unas cadenas pequeñas y un medallón, todo del mismo metal y en el mejor estado de conservación. (Todas las monedas encontradas fueron de dos clases; y sus inscripciones traducidas por el Sr. D. León Carbonero y Sol, Catedrático de Árabe en la Universidad de Sevilla).

Cuantos adelantos tuviese Medina desde que cambió por ese su romano nombre, debieron ser insignificantes, por los acontecimientos que precedieron a la referida batalla (Tentudia). Sin embargo no debió llevar en vano su nombre de Ciudad. Una tradición popular conservada y transmitida de padres a hijos dice fue Medina una ciudad populosa, con el sobrenombre de La Luna. Sea tradición o un hecho, rebájese cuanto se quiera, dispútese sobre las épocas recorridas, un punto aparece culminante, innegable; tal es que hubo aquí un pueblo y que se llamó Medina. ¿Se duda sea esta palabra árabe?; ¿se duda lo que significa?. Las consecuencias no son hipotéticas. Peláez-Correa no dio nombre árabe a ningún pueblo, ni los Maestres sus antecesores, ni los de la Orden de Alcántara, ni conquistador alguno de sus correligionarios, porque no era su idioma. Y siendo aquellos los que conquistaron esta parte de la Extremadura, impuesto hallaron el nombre, formado el pueblo que lo llevaba, si bien despoblado casi por las causas referidas. Uno sólo varió el Maestre de Alcántara ya referido, que fue el de Fuente Roniel por el de Fuente del Maestre.. Medina quedó con el suyo como los demás y significando lo que era o había sido. Así, pues, no se inventó una ciudad, pues existía, caída de su esplendor por las alternativas a la que la sujetaron las de una guerra memorable. Los generales árabes, por el derecho inherente al que manda masas armadas, harían ocupar Contributa; y el temor, que ni es inmotivado, ni excesivo en los habitantes de un pueblo que las ve acercarse, cubiertas de sangre y polvo y embriagadas con la victoria, unido a las innumerables devastaciones mencionadas, produciría su despoblación. Las combinaciones militares de un rey o un jefe que domina un país, y la seguridad de sus lineas avanzadas a vista de un enemigo siempre en acecho, harían formar el Castillo en el punto más conveniente a su objeto, al que acudiría la población por miedo de las expoliaciones continuas sufridas donde antes vivieran. He ahí explicada naturalmente la variación en la ubicación entre  Contributa y Medina. Los monumentos, la extensión y demás circunstancias de la colonia, floreciente en tiempo de la conquista, harían formar una idea ventajosa de ella a los nuevos dominadores, explicándola con la palabra que así lo decía en su lengua Medinah = Ciudad. Nada más natural, nada más lógico, ni nada con expresión más verdadera significase su pensamiento. Y este nombre fue con sus moradores cuando se vieron precisados a construir sus habitaciones al pie del castillo, dejando su primer asentamiento, que lo sería de escombros y de sentimientos para quienes no podían quedar allí sin resignarse a perecer. En la colina de Contributa, en los valles del castillo, en las lomas donde hoy se asienta, siempre eran los mismos habitantes, a quienes las circunstancias hacían variar de habitación, siempre eran hijos de Medina desde que dejaron de ser romanos. Y cuando ya figuraban tantos huidos pueblos con ese calificativo, preciso era tomara sobrenombre el recién conquistado; y la elegante figura de las redondas torres de su castillo, tan iguales, tan perfectas, tan bien acabadas, no hicieron indecisa la elección: quedó desde luego con el nombre que hoy se le conoce y llevaron sus vecinos a la pintoresca loma donde le colocaron cuando ya estaban seguros, tomando aquellas para su escudo de armas.

Indispensable ha sido recorrer muy superficialmente la historia de España, por que sin ese trabajo no pudieran concebirse las causas que producirían la decadencia y vicisitudes de un pueblo del que apenas hay una linea escrita del tiempo de los árabes, a pesar de que le dieran nombre; y que atestiguan su existencia tantos escombros hacinados de esa época, y su fortaleza extensa y bien acabada; su triple recinto, almenadas murallas, muchas y bien distribuidas torres, que no han cedido sino a la pica destructora, y aún se conservan los recintos y cimientos con alguna en pie, justificando la importancia de la obra, cuya capacidad no se llenaba por corto número de vecinos.


... De base la conquista de Medina a la primera entrada de los caballeros de Santiago por estas tierras en la Era de 1224 a las ordenes de su 3° Maestre, D. Sancho Fernández de Lemos; a la segunda, realizada por el 15° D. Rodrigo Iñiguez, unido al 6° de Alcántara, D. Pedro Yañez, o a la del célebre D. Pelai Pérez Correa después, antes de la memorable batalla de Tudía, es lo cierto que debió pertenecer, desde luego, a la orden de Santiago, cuyos Maestres le dieron la Carta puebla que se conserva en una copia incompleta, y donde los nombres han sufrido alguna equivocación. Y al decir incompleta, no es por que lo esté ella, sino por que inserta una Real Provisión de los Reyes Católicos con otros documentos, y en algunos documentos esta le falta, no en aquella. El 22° Maestre D. Diego Muñiz otorgó al Concejo de Medina para que se pudiese mejor poblar, todos "sus términos, con fuentes, e ríos, e pastos, e dejesas como siempre lo ovieron de tiempo de D. Rodrigo Iñiguez y D. Pelai Correa" y como estos señores eran Maestres por los años de Jesucristo de 1236 y de 1242, desde esta primera fecha datará la repoblación de Medina en el sitio que hoy ocupa, y probablemente su conquista, pues "siempre ovieron estos términos", y esto no se refiere sino a tiempos anteriores al Sr. Muñiz. ...

... .Residían en el castillo los Comendadores, y fáciles hicieron sus avenidas con calzadas, de las que se ven hoy considerables trozos, y dejaban prosperar y crecer el pueblo, del que se llamaban Señores en cierto modo. ...

... a mediados de 1582 , el Procurador Limón López en nombre del Cabildo de Medina solicitaba "se reedificasen la fortaleza y torres, y la Casa de la Encomienda que mientras estuvo en empeño de la Ciudad de Sevilla se habían descuidado". Probablemente se remediarían algunos de los daños, aunque no fuesen todos, pues ya no eran muy precisas fortalezas ni torres en las vertientes Norte de Sierra Morena; mas como no se hallan ni acuerdos, ni cuentas relativas a esta petición, ni la fortaleza existe, y las torres no se conocen hayan sido remendadas, cuando se diga no pasará de conjeturas, por lo que cada uno puede hacerlas a su placer. ...

A principios del siglo XVII (1602) pedía fondos el Ayuntamiento para componer la torre que se había abierto; y el Gobierno mandó se oyese al pueblo junto en un día de fiesta, convocado a campana tañida: costumbre nacional que nunca debió perderse, y tan poco parecida a lo que hoy se usa de oír a los jefes políticos, que lo mismo entienden de campanas que de torres...

... a unos mil pasos de lo que fue Contributa Iulia y pocos más de la Medina árabe, que se situó a pies del Castillo cuyas ruinas conserva, (Las dos torres almenadas, unidas por un trozo de muralla, son su escudo de armas) goza de buena temperatura y no escasa salubridad...

... .En esta ultima dirección y en la del Norte se hallan de 68 a 70 fanegas de viñedo, y algunas pocas a los lados del Castillo. ..., ... aunque ni en las uvas, ni en los vinos puedan igualar los más aromáticos y delgados que producen los del al pie del Castillo se encuentran, en un terreno arenisco y ligero. ...


MUY IMPORTANTE. Documentos recopilados por José Antonio Barrientos y Salas: (Dichos documentos son de época de los reyes Juan II de Castilla, Enrique IV de Castilla e Isabel I de Castilla, donde ya se conoce la villa como Medina de las Torres  y donde se nombra a dichas torres y al castillo. J.A.H.A.).


(1408). ... y Escuderos e omes buenos de la nuestra villa de Medina de las Torres nuestros vasallos confirmásemos las dichas cartas, e privilegios e sentencias..., ...por hacer bien a vos el dicho Concejo e omes buenos de la nuestra villa de Medina de las Torres, tovimos por bien..., ...e de Pedro Zapata, Comendador de Medina de las Torres... .


(1434). ...e Oficiales e homes buenos de la nuestra villa de Medina de las Torres fueron presentados ante Nos e en el nuestro Consejo..., ...Diego García en nombre e como Procurador del dicho Concejo e Omes buenos de Medina de las Torres e de la otra parte Alfonso Fernández en nombre e como Procurador del dicho Concejo del Ventoso..., ...fallamos que por parte del dicho Concejo e Omes buenos de Medina de las Torres se prueba e es probado asaz plenaria y cumplidamente su intención. ...


(1442). D. Enrique infante de Aragón e de Sicilia, por la gracia de Dios, Maestre de la Caballería de Santiago, a vos el Concejo, Alcaldes y Regidores, e Oficiales e homes buenos de Medina de las Torres nuestros vasallos, salud e gracias. ...


(1474). (Final del reinado de Enrique IV de Castilla). Nos los visitadores Mosén Guillén Zajera, Comendador de Campo de Criptana, e Juan Martínez, freyle del convento de Uclés, cura del Toboso; e el Licenciado Pedro de Orozco, por el muy magnífico Sr. D. Alfonso de Cárdenas, Maestre de la Orden de Caballería de Santiago, estando visitando en Medina de las Torres, nos fue querellado he dicho de fuertes agravios e sinrazones que el dicho Concejo de la dicha villa de Medina..., ...si algún vecino de la villa de Medina debe alguna cosa a dicho Comendador así de renta como de otra cosa cualquier, que los toma y manda llevar a las Torres o a la cárcel, e los tiene presos sin ningún mandamiento de Alcalde ni de otra justicia..., ...cuando algún delito se face , e se fallare que fuere alguna persona, ellos de su propia autoridad lo prenden , aun los prendas por setenas, e los tiene puestos en dichas Torres o donde les place..., ... ni tomar ropa para sus Escuderos ni hombres, ni para llevar a las dichas torres ni a otra parte..., ... por cuanto el dicho Comendador e su Alcaide diciendo que son para ayudar e velar en dichas Torres, toman diez o doce vecinos de la dicha Villa por escusados de los pechos, e derramas, e maherimientos... .


(1478). ...e donde derecho por una linde que da en el camino que va de Medina de las Torres a la Talaya, e derecho a un lindazo gordo..., ...y otras cosas tocantes al Señorío del término e mandamos al dicho Concejo e hombres buenos de la dicha Villa de  Medina de las Torres que guarden el dicho término..., ... Otrosí mandamos que por cuanto nos fue querellado por el Concejo de la dicha Villa quel dicho Comendador hace ir a velar ciertos vecinos de la dicha Villa al Castillo diciendo que van a velas, y escusa a muchos vecinos de los pechos e tributos de la dicha Villa... .


(1494). E agora por parte del Concejo, Alcaldes, Regidores, Cavalleros, Escuderos, Oficiales, e Omes buenos de la dicha villa de Medina de las Torres nos fue suplicado..., ...e nos los dichos Reí e Reina (Reyes Católicos) por hacer bien e merced al dicho Concejo, Alcaldes, Regidores, Cavalleros, Escuderos, Oficiales, e Hombres buenos de la dicha villa de Medina de las Torres, tuvímoslo por bien... .


(1925) José Ramón Mélida y Alinari: (Medina de las Torres). Fue reconquistada de los moros esta villa por el Maestre de Santiago Don Pelay Pérez Correa en 1274. Erigida en Ducado perteneció a la casa de Osuna, habiendo vuelto después a la corona.

Su escudo ostenta dos torres unidas por un lienzo de muralla cuyo modelo pudo ser el castillo de que vamos a ocuparnos.

Castillo: Hállase a las afueras, al E. sobre un cerro. Conserva restos del primer recinto de 85 metros de longitud y 37 de latitud; sus murallas de piedra y ladrillo con puerta al N.E., defendida por torres cuadradas. La planta de este primer recinto es irregular, recto por el frente y en ligera curva oblicua por la parte posterior.

Regular por el contrario el recinto interior, que es importante y algo mejor conservado, tiene su puerta mirando al N.O., flanqueada de las dos torres de referencia, ambas redondas, mayor la del lado izquierdo que en su interior es octógona, de 5'40 de diámetro, con una cámara, cubierta por bóveda nervada de ocho lados, que tiene su entrada por una escalera adosada al lienzo de la puerta. La otra torre es de menos salida y menos recia. Ambas estuvieron unidas por fuera sobre la puerta, como lo indican sendos huecos por un paso en el que debió haber una barbacana. Forman torres y lienzo de la puerta la cabecera del recinto, que es rectangular, casi cuadrado, y le cierran tres murallas de 19'25 metros de longitud la del fondo, la de los lados desiguales por serio las torres; de 15'20 el lienzo de la derecha o de S.O., y de 12'50 el del lado opuesto. Las ventanas que conservan estos lienzos indican que hubo un piso superior. El espesor de las murallas es de 1'00 metro, la altura de las torres de 16'00. En los arcos de las dichas ventanas y en la puerta del torreón grande que es de medio punto, se ve empleado ladrillo, viéndose también en la segunda quicialeras de piedra.

De posible origen árabe esta fortaleza su aspecto es el de las pertenecientes al último tercio de la Edad Media.


(1985). Aurora Ruíz Mateos: (Casa de la Encomienda). "La fortaleza tiene delante un baluarte de piedra manpuesta, y una cava razonable, y una puente, sobre madera y rama, por da entran al cuerpo de ella, da entran una barrera que se manda por una coracha para recogimiento de gente, todo de piedra manpuesta, en la dicha barrera ay ciertos cubos de la misma obra… y vn postigo de puerta falsa que sale a las huertas e arroyo. Lo qual dicha barrera e cava paresca que es obligado a faser e Iinpiar antiguamente, los vezinos de la dicha villa". Entre la barrera y el recinto principal había una serie de edificaciones, con las caballerizas a la derecha de la entrada de la barrera, y las habitaciones de los criados encima. 

En 1847, aunque destruidos en gran parte, se conservaban los recintos del castillo, si bien en su interior ya se sembraba. De las torres cuadradas que, según Mélida, defendían la entrada ya no están citadas en la documentación, no hay ningún vestigio. Se ven los restos del recinto principal que, aunque en muy mal estado, son lo suficientemente explícitos como para saber las correctas dimensiones de su perímetro. Su situación con respecto a la población de Medina está representada. 

El bastimento del vino de la encomienda de Medina estuvo situado enfrente de Ia yglesia de la dicha villa; por estar en 1495 en malas condiciones piensan edificar en su terreno un bastimento de pan, que no se hace por ser escaso el terreno. En 1515 compra la Orden a Antonio de Ludueña, alcaide y mayor del comendador don Diego López Pacheco, un bastimento de pan, que era de su propiedad, por 40.000 maravedis. Este constaba de cuatro naves con cabida para 12.000 fanegas de cereales. Su ubicación fue en muy buen lugar de la dicha villa. En 1550 aparece por primera vez documentada una casa, de dos pisos en su cuerpo delantero, cuya descripción es muy exigua e imprecisa. 


(1989). Manuel Garrido Santiago: Esta villa cuya toponimia corresponde a la dominación musulmana, se haya al sur de la provincia de Badajoz no lejos de Zafra. ..., ...Los materiales básicos empleados en todas las construcciones, incluida la fortaleza son la piedra y el ladrillo.

Durante la dominación musulmana Medina debió ser un enclave fortificado que protegía uno de los pasos hacia Sierra Morena, aunque su historia en ese periodo permanece en silencio. Martínez y Martínez alude en su obra, a una serie de aldeas importantes existentes en la zona de Zafra, como Medina, Atalaya, Jerez y Burguillos. Es casi seguro que estos enclaves árabes dieron lugar a las actuales poblaciones. De la toponimia del lugar podemos extraer, además del nombre de la villa, los hidrónimos Ardilla y Bodión considerados por Terrón Albarrán como de origen árabe. Según Mélida, fue reconquistada hacia 1274 por el Maestre Pelay Pérez Correa, erigiéndose posteriormente en Ducado y perteneciendo a la casa de Osuna, para pasar después a la corona. La fecha de su toma a los árabes nos parece muy tardía; creemos que debió producirse por los mismos años que Reina y Montemolín, es decir hacia 1246. El último cuarto del siglo XIII, la comarca estuvo en situación de inseguridad y desorden, debido a la actitud sediciosa de los templarios contra Alfonso X. Pocos datos hemos podido obtener sobre esta villa durante el siglo XIV, al iniciarse el XV, en 1403, el Maestre Don Lorenzo Suarez de Figueroa, convoca Capítulo General en Mérida y a él asiste Diego Álvarez de Mesa como comendador de Medina de las Torres, esta es la primera referencia que tenemos de un comendador de esta villa. El siglo XV trascurrirá para esta villa entre etapas de cierta prosperidad económica y otra de conflictos, tanto bélicos contra Portugal, como entre los propios nobles, tal caso entre los enfrentamientos de la Orden de Santiago con el señor de Feria. En 1466 es comendador de Medina Don Pedro Zapata. ..., ... Siendo Maestre Don Alonso de Cárdenas se celebró Capítulo en Medina de las Torres el 20 de octubre de 1475, ..., ... La primera visita de lo Orden de Santiago a Medina se produce en 1495, es comendador Alonso Téllez Girón ..., ... es alcaide de la fortaleza, por nombramiento del comendador, Bartolomé Rodriguez, ..., ... En 1498 sigue el mismo comendador pero ha cambiado el alcaide que ahora es Diego Sedeño..., ..."...el cargo de presidente del Consejo es dotado por primera vez a la persona de Alonso Téllez Girón comendador de Medina de las Torres el mismo año de 1498 en el Capítulo General de Alcalá de Henares..."..., ... Nueva visita se produce en 1501 entonces el alcaide es Antonio Ludueña, el comendador sigue siendo Téllez Girón..., ... Luis de Manrique, Trece de la Orden, e Iñigo Heredia visitan nuevamente Medina en 1508, y hallan que continúan las mismas personas al frente de la encomienda y de la fortaleza. ..., ... Si en 1515 Alonso fue sustituido por Diego López, no es nada probable que aquel volviese a la encomienda, sobre todo después de su nombramiento en 1495 han pasado 55 años, y en 1550 debía tener más de 75 años, edad no indicada para volver a ser nombrado comendador. En la última visita citada el alcaide es Pedro Ramírez pero éste no vive en la fortaleza, "...sino en una casa que tiene la encomienda en dicha villa", el alcaide coloca para vivir en la fortaleza a Martín Sánchez que realiza funciones de "cavero", cuidando el emplazamiento y su cava. ..., ... La guerra con Portugal de 1640 afectó negativamente a esta población al igual que ocurriera con la Guerra de la Independencia, pudiendo considerarse los siglo XVII y XVIII como de regresión económica, demográfica y social.

(Podemos ver que hay mucha coincidencia en los documentos de José Antonio Barrientos y Salas y los de Manuel Garrido Santiago, con 141 años de diferencia, J.A.H.A.).


Del posible enclave defensivo árabe hoy no queda ni el más mínimo rastro. Todo lo que se conserva y aquellas otras partes cuya existencia podemos deducir, pertenecen por entero a la arquitectura cristiana de los siglos, XIV, XV y XVI.

Por desgracia no se conserva documentación alguna del primero y la que se conserva del segundo pertenece a los años finales del mismo. Tampoco la del siglo XVI es abundante pero sí suficiente para analizar la vida arquitectónica de esta fortaleza hasta el año 1550.

La primera descripción de las torres de Medina pertenece a 1495  y nos presenta un complejo defensivo compuesto por una barrera perimetral con cubos, cava, un puente para cruzarla y una fortaleza de planta cuadrada con dos grandes torres al norte y varias dependencias en su interior.

El estado de conservación no es excesivamente bueno ya que: "...fallaron ende la puerta prinçipal hazia donde esta otra puerta falsa que sale el agua esta toda la dicha barrera syn petril e almenas que se han caído ...". Igualmente se encuentran en ruina las caballerizas, el horno y parte de los muros.

También los visitadores reflejan las últimas obras realizadas y aclaran a quien corresponde mantener la barrera y la cava "... la qual barrera e cubos están en algunas partes bien reparados e aquel reparo pareçe ser fecho de nuevo, dizen que es obligado el concejo de la dicha villa de Medina a reparar e tener en pie la dicha barrera e lo mismo la cava...".

Es frecuente que el Concejo de una villa tenga a su cargo algún elemento defensivo cuando éste sirve a la población, caso de las cercas de Jerez de los Caballeros, Mérida y otras, pero no lo es cuando es utilizado exclusivamente por el comendador y los que habitan la fortaleza, como el caso de Medina.

Otra singularidad se produce en esta villa y es que el Concejo hace en el interior del recinto: "...una caballeriça la qual dizen que fizo el concejo porque les excuso el comendador Rodrigo de Cárdenas de ir a la guerra un año y en sostituçion de lo que en la guerra havian de gastar ficieron la cavalleriza...".

En ninguna de las restantes localidades contenidas en este estudio hemos encontrado caso semejante.

Después de inspeccionada la fortaleza los visitadores ordenan al Concejo que repare el pretil y las almenas de la barrera, obras cuyo importe asciende a 450.000 maravedís. Al comendador se le asigna levantar las caballerizas nuevamente, reparar el horno y una sala que tiene las vigas quebradas y arreglar otros desperfectos de tal forma que: "...aya que gastar en diez años primeros siguientes, cada uno diez mill maravedís e que los primeros diez mill gaste este verano...".

En 1498 el Concejo está reparando las almenas y la barrera: "...hazía este postigo esta mucha piedra allegada e otros materiales de parte del concejo para reparar como son obligados...".

También el comendador ha comenzado a cumplir con el mandamiento de los visitadores: "... y dize el alcaide después que los supo mando que los gastase, lo cual esta puesto en obras, porque los dichos visitadores que agora son vieron mucha madera de pino y un horno de cal... y otros materiales que vieron mas...". No obstante y como es el cuarto año de los que había haber empleado 10.000 maravedís cada uno, se ordena al comendador gaste 40.000 y se le apercibe con una fuerte multa caso de no cumplirlo. Igualmente se ordena enviar una carta al comendador indicándole no olvide los 60.000 maravedís que aún le faltan por gastar.

La visita de 1503 nos indica se ha hecho nuevo un horno que antes estaba caído, pero no se han terminado las obras que el Concejo inició en 1498, lo cual puede servirnos como punto de referencia para evaluar el ritmo, generalmente lento, con el que se realizan las obras no consideradas urgentes o de primera necesidad. Si está totalmente acabado el portal con chimenea que en la visita anterior estaba caído y una sala alta y otra baja que se ordenó hacer en la misma visita.

Una de las piezas que en el interior de la fortaleza que siempre se halla en buen estado es el oratorio, al cual se presta más atención que al resto de las dependencias. El tejado de otra sala que está encima del oratorio se encuentra en 1503 en mal estado: "... para se caher e las paredes feran muy delgadas y la una de tierra e la anchura de la cámara grande...". Ante tal situación se ordena quitar el tejado y poner vigas nuevas y tablas y sobre todo ello poner un piso de ladrillos, cuyas juntas irán comidas con betún, para que el agua caiga al aljibe.

Otra reparación ya efectuada consistió en sustituir las vigas del tejado de una sala por otras nuevas. Los visitadores anteriores habían ordenado construir un corredor desde el aljibe hasta la puerta de entrada; ambas cosa no se hallaron hechas porque: "...en se haser venia grand daño a la çisterna ... e atapaba el algibe e sin ello estava mejor en mucha manera la casa...". Por último se ordena al Concejo terminar las obras que eran a su cargo y tenia comenzadas.

Nueva visita se produce en 1508. Durante las jornadas que dura la misma se ordenan una serie de reparos y obras de las que anotaremos las más importantes:

— Hacer nuevo y de tres tapias de altura el horno que está a mano derecha de la puerta principal. Debía de hacerse de piedra cal y arena.

— Reparar un pared del establo tornando a edificar lo caído con piedra y cal hasta alcanzar la altura del tejado.

— Tejar un cuerpo de la casa y reparar el techo, edificando encima un corredor con sus pies de ladrillo.

— Solar la sala del oratorio por estar muy maltratada y adobar la escalera que sube desde el altar a la azotea.

— Solar el piso de un corredor que se utiliza como pasadizo.

— Hacer una puerta nueva para la sala baja.

— En la parte alta de la sala anterior, abrir una puerta que salga a la sala del oratorio.

— Hacer caballetes de cal a las tejas de la sala para que no las levanten las aves.

De las obras anteriores no se hizo tasación aunque calculamos que importarían unos 70.000 maravedís aproximadamente.

En 1515 los visitadores al repasar los libros de las visitas anteriores se encuentran que había algunas obras ordenadas y no realizadas. En presencia del alcaide comprueban la conveniencia o no de las obras en cuestión y llegan a la conclusión de que algunas: "...de las lavores que havian mandado haser no eran neçesarias , ansy como cubrir el portal de la puerta del cuero...". A pesar de lo anterior se reclama la presencia de los maestros Fernando de Xexas, cantero y Francisco Rodriguez carpintero, para que tasen las obras no realizadas, alcanzando estas la cantidad de 25.000 maravedís. Por la obra anterior los visitadores extienden cédula de ejecución en los bienes del comendador. Ante tal acto el alcaide que el comendador, su señor, no realizó las obras por estar pendiente de dejar la encomienda a su hijo y al producirse la vacante se harían con el dinero de la misma. Este argumento no convence a los visitadores que mantienen su postura, ante lo cual el alcaide se compromete a entregar al depositario de las obras los 25.000 maravedís de la tasación. Nuevamente los visitadores y los maestros ya citados recorren la fortaleza para tasar las obras que estiman convenientes y que son las siguientes:

—Tapiar la puerta denominada del cuero y abrir otra más cercana a la Torre del Homenaje. La nueva será de cantería llana, bien labrada.

— Hacer una nueva escalera para subir a la Torre del Homenaje.

— Reconstruir la escalera que sube a la sala de los corredores y unirla a la puerta que se ha de hacer en sustitución de la del cuero.

— Tirar una pared que atraviesa el patio y dejar el mismo libre.

— Hacer en el patio dos corredores, uno a mano derecha y otro frontero a la puerta de entrada a la fortaleza. El primero sobre tres pilares redondos y el otro sobre una pared maestra. Los pilares serán de cantería con basas y capiteles. Sobre ellos se levantaran arcos escarzanos con su entablamento.

— Poner tejado a las piezas anteriores.

— Colocar un antepecho de madera en los corredores.

— Tirar una pared de una sala y levantarla de nuevo. Hacer una ventana de asiento en la sala citada.

— En otra sala que se construirá se hará otra ventana de asiento y una chimenea de ladrillo.

— Enladrillar los pisos de las salas existentes.

— Blanquear con cal todas nas piezas.

— Hacer las puertas necesarias para las entradas y salidas; todas de dos hojas y las ventanas con rejas.

— Arreglar el patio para que las aguas discurran al aljibe y enguijarlo con guijas del río Bodión.

— Encalar la bóveda de la Torre del Homenaje.

— Echar en la parte alta de la Torre del Homenaje una torta de argamasa, marcando las corrientes para que el agua discurra a los caños y vaya al aljibe.

Tras la relación detallada de las obras, los visitadores estipulan algunas condiciones tales como que la mezcla de cal y tierra sea de un cesto de cal por dos de tierra; que las obras se pregonen en la villa de Zafra, Llerena y Hornachos que se comprometan los maestros en que se remataran y tenerlas terminadas para San Miguel del año siguiente y por último que los pregones se hagan en Zafra el día de San Juan y de San Pedro por ser ferias. Sobre la importancia de estas obras y su precio los visitadores escriben: "...e por que la dicha obra es rezia e de mucha cantidad, mandaron que sy los dichos visitadores estuvieren en la provinçia de ello (del remate) les fagan saber las diligencias e preçio en que se pone...". El cálculo estimativo efectuado por nosotros sobre el importe de estas obras, por comparación con otras parecidas y en los mismos años, arroja una cifra aproximada de 350.000 maravedís.

Terminada la visita a la fortaleza, se realiza la de los bastimentos del pan y del vino, que se hallaban en el centro de la villa de Medina; al finalizar estas visitas y sin que se explique el motivo, aparecen otras referencias a la obra de la fortaleza y se ordena cambiar los pilares de granito por otros de ladrillo; que los arcos, en lugar de escarzanos se hagan de medio punto y que el antepecho de los corredores sea de ladrillo y no de madera.

Una última cuestión ordenan los visitadores al alcaide: "...que fechos e labrados los encasamientos de la dicha casa resida e este de morada en la dicha casa del dicho castillo, porque de otra manera los edifiçios de ella se perderían no estando en el dicho castillo de morada... ".

La última visita de la que queda constancia se produce en 1550. En este año la fortaleza se encuentra en buenas condiciones. Sólo algunas dependencias residenciales necesitan ciertas obras: "...esta sala esta muy mal tratada porque a la una parte de ellas estan quebrados siete o ocho maderos y apontalados con otros...". El motivo de este desperfecto fue "un asiento que hizo una esquina de la pared". También se encuentra en malas condiciones una pieza que en esta visita se denomina "sala pintada", y que suponemos es el oratorio; en el los maderos del techo están separados de la pared con peligro de hundimiento. Para reparar este daño los visitadores llaman a Andrés Ramírez, carpintero, y a Alonso Hernández, cantero, para que tasen las obras a realizar.

Después de inspeccionadas las zonas que necesitan ser reparadas, los maestros dan el siguiente presupuesto:

— Cargo y medio de madera de pino, 3375 maravedís.

— Para caña 500 maravedís.

— Tejas y ladrillos 1.875 maravedís.

— Seis cahíces de cal, 1.020 maravedís.

— Clavos, 1 ducado.

— Maestros y peones, 20 ducados.

— Importe total: 14.655 maravedís.

La última parte de la visita corresponde a la sentencia del visitador sobre la persona responsable y encargada de la obra ya que no hay dinero de la media nata: "...visto por el dicho visitador la tasaçion e que no ay maravedis algunos de la media nata e que ansy mismo la dicha obra y el daño se ha fecho en tienpo del dicho comendador porque a mas de veinte años que el lo es de la dicha villa... que dentro de dos meses primeros siguientes mande reparar y repare el dicho daño... so pena de çincuenta ducados para obras pias... ".

Después de 1550 no existe ninguna referencia a Medina de las Torres en los libros de visitas de la Orden de Santiago, libros que se prolongan en el tiempo hasta 1604.

También hemos indicado ya la ausencia de pleitos u otro tipo de documentos en el Archivo Judicial de las Ordenes, lo que nos indujo a pensar en la posible venta de esta villa a los Duques de Osuna.

En 1845, Pascual Madoz aun pudo observar "...dos torres redondas, una en estado regular y la otra con las escaleras y la muralla de triple recinto que tenía, destruidas en gran parte; la plaza de armas, fosos, y glasis se siembran ya...".

A principios de este siglo (XX) José Ramón Mélida anota, como conservados aún, restos del primer recinto, con murallas de piedra y ladrillos defendido por cuatro torres cuadradas. De esa barrera en la actualidad, no se conservan sino arranques de muros en algunas zonas, aunque suficientes para permitirnos levantar la correspondiente planta del recinto. 

Hacia 1925 aún se conservan las dos torres principales del castillo, en estado suficientemente bueno para que el profesor Mélida pudiera observar la bóveda nervada de ocho lados que cubría la Torre del Homenaje.

Todavía hoy persiste las torres y algunos lienzos de la fortaleza, pero todo en estado ruinoso, siendo muy probable que con el paso de algunos años nada de este emplazamiento quede en pie.


DESCRIPCIÓN:

Las características de la barrera exterior que defendía el emplazamiento, las conocemos más por los datos documentales que por los restos arqueológicos.

Estaba construida a base de piedra mampuesta conjuntada por abundante cal, según hemos podido comprobar en algunos arranques de muros. El número de cubos que se intercalaban en sus lienzos no se define en la documentación ya que los visitadores emplean frases como: "...en la dicha barrera hay çiertos cubos de la misma obra...", o "...luego esta una barrera de cal y canto con çiertos cubos en ella...".

Otro dato que aporta la documentación es que la barrera era almenada y en algunas zonas tenia adarve con ancho suficiente para los centinelas.

La puerta para franquear esta barrera estaba protegida por una coracha donde se recogían las velas que estaban libres de servicio: "...do entran a una barrera que se manda por una coracha para recogimiento de gente todo de piedra mampuesta e cal e arena...". No se describe en ninguna visita como era esta pieza.

Algunos elementos defendían la barrera que comentamos: un baluarte y una cava. El primero cuyas partes o composición no definen los documentos, debió ser una torre que, una vez pasada, daba acceso al puente "...de madera cubierta con varda e con tierra...", al final de la cual estaba la coracha que permitía atravesar la barrera.

La cava se describe como: "...raçonablemente ancha e honda...", y protegía todo el perímetro defensivo exterior.

Para acceder al interior, además de la puerta defendida por la coracha, hubo otra denominada falsa, que estaba situada hacia poniente; no se describe ni hace referencia la documentación al posible elemento arquitectónico que debía defender esta puerta.

Del baluarte, cava, coracha y barrera, no existen restos que nos permitan profundizar en su análisis.

Del castillo propiamente dicho aún persisten algunos lienzos de muro y las dos torres que los documentos denominan "rabudas". Los dos primeros están construidos con piedra mampuesta y sillarejos, compactados por abundante cal. Presentan en las caras interiores señales de distintos pisos; el grosor varía desde 1.20 a 2 metros.

La Torre del Homenaje mide 21 metros de circunferencia exterior, esta situada en el ángulo de levante y es maciza en sus dos tercios inferiores. También se construyó en mampostería, aunque la piedra es de menor tamaño que en los muros. En la parte superior presenta una ventana al este y una puerta de acceso a poniente, ambas con arcos de medio punto de ladrillo.

Aún pueden observarse las piezas de piedra, con las muescas oportunas, para recibir los espigones sobre los que giraría la hoja de madera que impedía el acceso a la cámara abovedada de esta torre.

En 1495 los visitadores escriben "... tiene dos torres rabudas e bien altas maçiças fasta el anden de los muros e dende alli  tienen sendas bóvedas bien fechas e en lo alto tejadas e almenadas alderredor ...".

José Ramón Mélida, todavía pudo ver, hacia 1925, esta torre en mejor estado que hoy y de ella dice: "...en su interior es octógona, con una cámara cubierta con bóveda nervada de ocho lados...". No existen restos de la escalera de mampostería por la que se subía a la cámara abovedada.

El ángulo norte de la fortaleza estaba defendido por otra torre semicilíndrica con la misma factura en cuanto a materiales y técnica constructiva. También maciza hasta la misma altura que la del Homenaje. Por la parte interior puede observarse el arranque del muro que unía las dos torres, hoy desaparecido. La cámara superior tuvo dos ventanas y una puerta, que en la actualidad son simples boquetes. Debió cubrirse con bóveda de crucería pues creemos ver indicios de la existencia de los mismos. Uno de los ángulos de la torre, el de mediodía, en la parte superior es de ladrillo, al igual que los rececos y arcos de las ventanas.

No hemos hallado ningún tipo de saeteras o troneras, debido al estado de ruina de la fortaleza, aunque no cabe duda que las tuvo.

En el interior existieron una serie de dependencias residenciales, de las que hoy no queda el más mínimo resto. Las puertas de la acceso principal, entre las dos torres, eran de madera de encina y estaban forradas de cuero. Pasadas las mismas, a la izquierda había un portal con una chimenea y un pequeño horno debajo; junto a esta chimenea se hallaba la escalera de acceso a la Torre del Homenaje y al adarve. A mano derecha se situaba una pieza cuadrada que servía de almacén de trigo.

Pasadas las anteriores dependencias se accedía, por un portal con arco de cantería, a un patio solado de piedras; a mano derecha y al fondo de este patio existió un aljibe y tras él otra pieza para bastimentos. El fondo del patio lo ocupaba una sala con dos cámaras. A la izquierda del patio había otra sala que delante tenia un portal sobre "...pies derechos de madera de enzina...", y una escalera por la que se subía a las plantas superiores de esta pieza. En el ángulo de esta dependencia estaba el altar; las paredes, a su alrededor, estaban pintadas y podía leerse en las mismas algunas frases del evangelio.

Además de las dependencias descritas existieron otras situadas entre la barrera exterior y la fortaleza, en la zona más espaciosa. Consistían en dos caballerizas con salas altas para el personal doméstico, una bodega excavada en el suelo, una mazmorra y una cocina. Los datos sobre estas dos ultimas piezas son escasos en la documentación.


http://www.b11arquitectos.com/index.php/esp/component/ilkeportfolio/proyecto/proyecto-18.html?pos=9-torre


http://www.medinadelastorres.com/historia/articulos/articulo1.htm


http://www.medinadelastorres.com/historia/articulos/articulo9.htm


http://viaplata.juntaex.es/es/25-medina-de-las-torres