PIEZAS INCRUSTADAS EN LA CARA DERECHA DEL BALUARTE DE TRINIDAD, EN BADAJOZ. (Primera parte).

LA PARTE HISTÓRICA (primera parte):

El Convento de la Santísima Trinidad: según Juan Solano de Figueroa y Altamirano (siglo XVII), lo da por fundado en el siglo XIII, concretamente el 21 de diciembre de 1274, recogiendo datos de autores anteriores, siendo el convento más antiguo de la ciudad, aunque hay otros autores posteriores que sostienen que la orden de los trinitarios llegó a la ciudad en la conquista a los moros en 1230 acompañando dicha orden al Rey Alfonso IX. Siglos posteriores dicho convento tuvo varias reformas y ampliaciones.

Junto al convento había una puerta también llamada de la Trinidad, que pertenecía a lo que conocemos como cerca medieval y que no se sabe cuando se construyó la dicha cerca, (algunas personas sospechan, que pueda ser de origen islámico esta muralla), y que dejaba al convento intramuros; delante de esta puerta existió lo que en términos de construcción militar se llama "media luna" o luneta, que es una construcción en forma de ángulo hacia afuera, con una abertura o entrada cuando se coloca delante de una puerta para defenderla, que es el caso que tratamos, se sabe ya existe la media luna de la puerta de la Trinidad en 1645, por los planos del Krigsarkivet de Estocolmo, Suecia, aunque estaban propuestas hacerlas desde el año 1641 en un informe de Juan de Garay de 18 de noviembre (hablo en plural púes eran varias medias lunas las que se tenían que hacer delante de todas las puertas de la cerca medieval), pero realmente no estuvieron terminadas hasta el año 1643 recogido en un informe de Juan Antonio Caro de 26 de septiembre; en años posteriores tanto la media luna como la puerta sufrieron varias remodelaciones hasta que se construye el baluarte. 

El baluarte de la Trinidad: Antonio Paniagua quiere arreglar toda la zona destruida y arruinada en la guerra de Restauración con Portugal, aprovechando unos planos del ingeniero militar Francisco Domingo y Cueva con fecha de 16 de junio de 1679, donde se plantea la construcción del baluarte en ese sitio, y ese es el mismo año que empiezan las obras de construcción, destruyendo, rebajando y enterrando, la puerta y muralla medieval, al igual que la media luna y casas de los alrededores. En 1679 se decide excavar un foso, que vendría a invadir por la cara derecha lo que sería el baluarte en el futuro, esta invasión ocuparía un sitio llamado "El Olivar del Convento de la Santísima Trinidad" también llamado "El Olivar de los Frailes de la Trinidad" que quedaba dentro de la antigua cerca y ahora quedaría fuera de la muralla abaluartada. Un poco más arriba en dirección al que luego será el baluarte de Santa María hay un sitio llamado "La Fuentecilla" que junto con el Olivar de la Trinidad será de donde se saque la piedra para construir dicho baluarte, dicha piedra se empieza a sacar el 2 de octubre de 1679; en 1680 continua la obra que es el año que se construye la actual puerta de Trinidad que todos conocemos en el flanco izquierdo. Años posteriores se siguieron haciendo reformas en dicho baluarte como son 1689, 1694 y 1698; y en el año 1701 empiezan un nuevo conflicto con Portugal, que es la guerra de Sucesión, donde se unen la nación vecina a la causa del Archiduque Carlos de Austria contra el Borbón Rey de España Felipe V. En plena guerra siguieron reformas en el baluarte como las de 1704 y 1705, y ya en el año 1713 acabó la guerra. Terminada la guerra siguieron las reformas del baluarte y se hicieron obras en 1726, 1728, 1729, 1735, 1736, 1738, y 1739; en 1731 se realizaron unas obras civiles junto al convento. En 1752 se vuelven a hacer obras en el baluarte de la Trinidad y el Caño de la Loba; en 1766 se desborda por las intensas lluvias el arroyo Rivilla, entrando por la puerta de la Trinidad el agua y llegando hasta los umbrales del convento y derribando un lienzo de muralla conocido como "del juego de la pelota" e inundando los tres puentes del Rivilla que van a la barriada de San Roque.

El baluarte se diseñó así para salvaguardar el convento de futuros ataques, que quedaría dentro del baluarte pegado a la cara y al flanco derecho, y eso militarmente hablando, era un problema y un engorro por que incomodaba mucho, parece ser que entre los años 1767 y 1771 hubo más obras en el baluarte y esto quedó reflejado en un plano de Manuel de Navacerrada de 1779. Una orden Real instó a que el convento fuera abandonado por la orden trinitaria, y el 8 de octubre de 1770 se abandonó el convento cerrando su puerta, según Leonardo Hernández Tolosa y el anónimo continuador de Solano.

En 1776 Pedro Ruiz de Olano se planteó derribar parte del convento, para preparar mejor los terraplenes internos del baluarte, los monjes se debieron enterar de esta maniobra y en ese mismo año de 1776 volvieron al convento aunque Ascensio Morales dijo que volvieron en mayo de 1775; estos monjes estaban repartidos por varios centros religiosos. Pedro Ruíz de Olano se quejó por ello al Rey. En el informe de Navacerrada de 1779 se recoge lo que incomoda el convento por diversas cuestiones militares y lo dificultoso que era hacer reformas con el convento allí, y también informa que se habían comprado algunas dependencias del convento, en el ala sur, que estaban pegadas al baluarte. En 1797 José de Gabriel, dice que las dependencias no habían sido todavía demolidas, pero no debieron durar mucho más. (Disculpas por este enjambre de fechas pero es inevitable, para más detalles leer la extensa publicación del 2016 sobre el convento y el baluarte, de Julián García Blanco y Javier Teijeiro Fuentes que explican todas estas fechas con documentos de la época).

Durante la guerra de la Independencia (1808-1814) es cuando el baluarte y convento sufren daños, el 26 de enero de 1811 los franceses se plantaron frente a Badajoz y esta capituló el 10 de marzo. El 4 de mayo de 1811 las tropas aliadas se posicionan ante Badajoz, pero tuvieron que levantar el sitio y posteriormente fue la batalla de La Albuera, el segundo sitio tampoco tuvo éxito, donde los franceses reforzaron el baluarte de la Trinidad pues era uno de los puntos más débiles de la fortificación, ya en marzo de 1812 empezó el tercer sitio, y el baluarte de la Trinidad era uno de los lugares decididos por donde se iba a centrar el ataque según el ingeniero inglés John T. Jones. Los aliados abrieron una brecha en la cara derecha del baluarte y otras dos más en otros puntos cercanos del baluarte, al final los ingleses entraron y los franceses capitularon el 7 de abril de 1812. El 9 de abril se entrevistaron el Duque de Wellington y el Marqués de Monsalud, para organizar la reparación de las brechas, Welington se encargaría de pagar a los obreros y el Marqués de los materiales, todo realizado en el menor tiempo posible. En una carta de 11 de junio de 1812 dice: "...la cara del baluarte de la Trinidad se esta corriendo el cordón y levantando el revestimiento de la parte exterior sobre este...". Es posible que en la cara derecha del baluarte se abriese una cuarta cañonera pues a partir de esa época en los planos se ven cuatro cañoneras y no tres, puede que fuera el ingeniero militar francés coronel Lamare el que ordenó esa nueva cañonera. A finales de agosto de 1812 se terminó la reparación de las brechas y se empezó a demoler el convento. Varios autores han pensado que se utilizaron las piezas del convento en la reparación de esas brechas y por eso se ven algunos restos entre las piedras del baluarte, también se utilizó balas de cañón para poner la fecha de 1812 que podemos ver hoy día tanto en el baluarte de Santa María como en el de la Trinidad.

En esta primera parte pondré las fotos de las piezas de la cara derecha del baluarte pero del interior, que son menos llamativas que las del exterior donde contaré algunas curiosidades, no hay que descartar que algunas piezas que se utilizaran en la fundación del convento en el siglo XIII, y ampliaciones de siglos posteriores, puedan ser de acarreo de otros sitios como ya ha pasado en distintos sitios de la ciudad, en esta ocasión destaca el mármol blanco y alguno gris, se pueden visualizar trozos de fustes, algún trozo de lo que podía ser un capitel o base, un trozo de lo que aparentemente parece un friso, y otras piezas cuadrangulares que pueden pertenecer o a un suelo o ser partes de unas lápidas y algún sillar de granito. Quiero destacar una pieza en particular, es un pequeño sillar rectangular de granito blanco, con muchísimo cuarzo y mica blanca que hace que tenga un brillo espectacular cuando le da el sol, debió pertenecer sin ninguna duda a un conjunto escultórico artístico de algo llamativo e importante, pues esa roca es rara y seguramente no pertenezca a esta zona y haya sido traída de otro lugar, pero podemos imaginarnos muchas cosas de lo que pudo ser sin saberlo realmente. Desde que hicieron la monumental chapuza y horrorosa obra que algunos salvajes llaman de rehabilitación del baluarte sin olvidarnos del crimen ecológico de plantas y árboles, muchas de estas piezas del interior del baluarte han quedado tapadas, y con las nuevas rampas de subida al adarve de construcción moderna, podemos acceder a las superiores que eran las más visibles. Os pongo algunas fotos antiguas, para recordar con nostalgia lo que teníamos y para no olvidar lo que unos cafres sin criterio alguno nos han destrozado, con comparativa de como era el baluarte y como es ahora.

Seguiré dando detalles históricos en la siguiente publicación y de las piezas del exterior que algunas son muy interesantes, para no hacerlo tan extenso y de fácil comprensión.

José Antonio Hinchado Alba.